David Novo y Carmen Pena montaron hace dos años y medio el estudio Bau Larson, una «apuesta» por su pueblo
19 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.David Novo (37 años) y Carmen Pena (41) son cariñeses y arquitectos. Durante varios años formaron parte de la plantilla de una empresa que trabajaba para una multinacional textil. «Yo era responsable de las obras y el mobiliario en toda Europa y Sudamérica, y mi socia era la encargada de la parte de obras», explica David. Ambos seguían, a la vez, como autónomos, con sus propios proyectos paralelos. Hasta que decidieron abandonar la compañía, que cambiaba de manos, y crear una sociedad limitada. Así nació, en octubre de 2018, el estudio Bau Larson, con dos oficinas en la plaza da Marina, en Cariño.
«Trasteando en Google», en busca de un acrónimo que tuviera algo que ver con los nombres de los dos hijos de David y la hija de Carmen, surgió Larson (combinación de Lara, Sofía y Nicolás). Faltaba algo, y le añadieron Bau, en alusión al movimiento Bauhaus, surgido en Alemania hace un siglo. «La idea era establecernos en Cariño, bajar el ritmo de trabajo y estrés», comenta David. Pero en marzo de 2019 recibieron una llamada de una multinacional del sector textil que quería contar con su apoyo. «Empezamos con una obra en Toledo, una experiencia piloto; esta semana tenemos obras en Sagunto, Castellón y Salamanca, hoy [por ayer] empezamos una en Santiago y el día 15 de marzo, otra en Gijón», enumera.
Bau Larson se ocupa de gestionar la obra. «La compañía tiene su equipo de diseño y sus proveedores, nosotros ponemos de acuerdo a todas esas empresas, gestionamos un plan para que se ejecute todo lo que figura en el proyecto y reportamos a la cadena cómo va, si hay alguna incidencia, si algo no se ajusta», detalla. En cuanto al impacto de la crisis derivada de la pandemia en el sector textil, con el incremento de las ventas por Internet y la desaparición de muchos comercios pequeños, este arquitecto sostiene que «la tendencia es a cerrar tiendas pequeñas y abrir megatiendas, con mayor superficie de exposición de producto».
Por calidad de vida
En el estudio trabajan cinco personas, en una de las oficinas. La otra pretenden transformarla en una sala de reuniones, «como un salón de una vivienda, para dar un servicio al cliente, con exposición de los distintos tipos de materiales». Hay quien les pregunta por qué se han instalado en Cariño: «Es una apuesta, y en realidad ir a Madrid me lleva cuarenta minutos más que si voy desde A Coruña, lo que tardo más en llegar a aeropuerto. La calidad de vida en Cariño es otra, y proyectar una vivienda en Cariño nos gusta más, tenemos control del territorio, el clima... Todo eso es importante».
David Novo: «El plan especial de protección del casco viejo cariñés abrirá muchas posibilidades»
Hace un par de días, David Novo compartía en Facebook fotos de unas naves de antiguas conserveras de Cariño y, al lado, imágenes de edificaciones industriales parecidas, restauradas para su uso público. «¿Qué me decís sobre llevar a cabo una rehabilitación de este tipo para poner en valor la arquitectura de nuestro pueblo y recuperar nuestros espacios perdidos?», se preguntaba.
A este arquitecto le gustaría que se reconvirtieran las viejas fábricas. «Podrían utilizarse para actividades culturales y de ocio, incluso como zonas de juego para los niños, que en invierno solo tienen el cobertizo [en el extremo del paseo] para estar a cubierto», propone. «Requiere colaboración y diálogo entre administraciones», constata, puesto que la mayoría pertenecen a Portos, incluida la ubicada junto a la parada de taxis, donde se planteó la creación de un museo del mar, para el que él diseñó un proyecto.
Pronostica que la redacción del Plan Especial de Protección e Rehabilitación do Casco Vello de Cariño, en marcha en el Concello, «abrirá muchas posibilidades», al permitir construir en 109 parcelas hoy vacantes. Y cita el ejemplo de la rehabilitación del casco histórico de San Juan de Puerto Rico, con viviendas policromadas, en línea con las casas de toda la parte vieja de Cariño.