El arquitecto David Novo vive en Cariño y trabaja por toda España: «Sin los abuelos no sería posible»
CARIÑO
Él y su pareja, Laura Cuevas, al frente de la tienda de deportes Atmósfera Sport, apostaron por criar a sus hijos en su pueblo
17 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.En la ventanilla trasera del coche de empresa de David Novo, que está a punto de cumplir 40 años, se puede leer este mensaje: «Desde Cariño para el mundo». Resume bien la trayectoria de este arquitecto cariñés desde 2018, cuando él y su socia, la también cariñesa Carmen Pena, abrieron el estudio Bau Larson, que cuenta con dos oficinas en la plaza da Marina (una dedicada a sala de reuniones). Ya habían trabajado juntos antes para una multinacional textil, la misma que volvió a contactar con ellos en 2019, «y a la tercera llamada» les convenció. Desde entonces, aparte de atender el estudio, centrado en proyectos locales —y con una técnica presente siempre—, se mueven por toda España organizando y dirigiendo el montaje de tiendas.
Bau Larson cuenta con doce empleados y están a punto de incorporarse otros dos. «Es muy complejo encontrar gente, pusimos la oferta en InfoJobs y nos mandaron currículos, pero de otros perfiles, camareros, pintores... buscamos técnicos, con desplazamientos [por España] de lunes a viernes y unos ingresos anuales de entre 35.000 y 40.000 euros, con todo pagado, comida, alojamiento y traslados», explica Novo. Su último fichaje ha sido una joven marroquí: «Me dijo: ‘Si me fui de mi país me da igual moverme de un lado para otro', se le ve con iniciativa».
La falta de personal frena la expansión de la empresa: «Fuera de España no trabajamos porque no tenemos capacidad, y si ya no conseguimos gente aquí, imagínate, ya no digo Francia, Italia o Alemania, pero Macedonia, Uzbekistán, Polonia o Rumanía. Es complicado». Novo ha pasado buena parte del año en Valencia, donde ha gestionado la instalación de diez tiendas, «con picos de hasta 300 personas trabajando a la vez en distintos sitios», todos bajo su supervisión. «Más que arquitecto y aparejador [su formación] tienes que ser psicólogo y saber llevar al personal de las subcontratas [de la multinacional], prácticamente todas gallegas, que son las que ponen el pladur, los suelos, el mobiliario....», desgrana. Él está presente desde el inicio, «cuando empiezan a demoler» el viejo local para remodelarlo, hasta media hora después de la apertura, para asegurarse de que «todo funciona».
Tras varios años viviendo en Madrid y Santiago, él y su mujer, la también cariñesa Laura Cuevas, de 44 años, productora audiovisual, decidieron regresar a Cariño. El ajetreado ritmo laboral de ambos no resultaba compatible con la crianza de sus dos hijos. Cuentan que cuando residían en Bertamiráns, si el niño tenía fiebre movilizaban a los cuatro abuelos, que acudían a la llamada de socorro desde Cariño. «David ya viajaba muchísimo con la empresa, había que tomar tierra, decidimos que yo dejaba mi empleo y nos vinimos al pueblo», indica su pareja, que no tardó en hacerse cargo de la tienda de deportes Atmósfera Sport, compatible con el cuidado de los niños. «A los tres meses de dedicarme solamente a la crianza me subía por las paredes», confiesa.
«Estamos disfrutando de esta etapa, vivir en el pueblo, con los cuatro abuelos jubilados jóvenes y con ganas de estar con sus nietos, es la mejor infancia que les podemos dar a los niños», subraya Cuevas. «Para conciliar es el mejor sitio posible», apuntala su marido. «Por comodidad, hay una diferencia enorme con vivir en una ciudad, sobre todo para los niños, que pueden ir andando a las clases de inglés o bajar solos al parque. La calidad de vida es mucho mejor y económicamente es mucho más fácil vivir en Cariño», enfatiza, orgulloso de su pueblo: «Puedo presumir del sitio de donde soy». De ahí la frase escrita en su automóvil.
Ni siquiera ve pegas en los traslados: «En coche, a Madrid se tarda lo mismo desde Cariño que desde A Coruña, y en avión, media hora más». Su idea futura es armonizar el crecimiento de Bau Larson «para poder organizar a la gente que tiene repartida por España», sin verse obligado a estar permanentemente en la obra y pasar solo un par de días a la semana fuera. Ni él ni su mujer cambiarían Cariño: «Somos muy de aquí, de pandilla, amigos...».