Iago Canto, emprendedor: «Pasé de llorar porque no venían clientes a la carnicería a llorar por el apoyo del barrio de Catabois»

FERROL CIUDAD

Con solo 26 años, el joven ferrolano lleva una década ligado al sector; dejó un trabajo fijo y ahora quiere recuperar el espíritu de los negocios locales
09 may 2023 . Actualizado a las 22:55 h.Las primeras dos horas nada más abrir su carnicería en Catabois fueron eternas para Iago Canto. «Estaba muy agobiado. Arriesgué mucho dejando el trabajo fijo en el que estaba», reconoce. Le pudieron los nervios, recuerda, porque veía «que no entraba gente», así que le invadieron los pensamientos negativos. «Solo pensaba que por qué lo había hecho, que iba a salir mal», reconoce. Pero todo cambió cuando vio el inmenso apoyo del barrio de Catabois. «Pasé de llorar porque no entraba nadie a levantar la cabeza y llorar al ver toda la gente que hacía cola. El primer día salí eufórico de la carnicería, la verdad», valora con la calma que le reporta los primeros días tras el estreno.
Iago decidió lanzarse a la aventura y apostar por emprender. Ya procede del sector. Antes de abrir su negocio, trabajaba como carnicero en una gran superficie. Con 26 años suma casi una década de experiencia. «Igual lo hago peor, pero quería intentarlo. Ver hasta dónde puedo llegar», reconoce. Así cogió las riendas de la Carnicería Catabois el pasado jueves. Y solo tiene palabras emocionadas de agradecimiento para el barrio. «La gente está animada, intenta ayudarme... Saben que tengo producto bueno, ternera de la mejor calidad... e intento poner unos precios competentes. Sé cómo está la vida», reconoce. Tiene claro que quiere diferenciarse por la calidad de su producto y su trabajo. «La ternera es del matadero coruñés Galbán, panceta de Vilalba, tocinos y lacones de Otero... Tengo todo producto local, del de toda la vida», explica. También preparados para facilitar la vida a los hogares trabajadores. «Tengo hamburguesas de cerdo de castañas, mixtas, de pollo, de ternera suprema, pinchos morunos, lomo relleno, cachopos, pechuga rellena, rajo, alitas al chimichurri...», enumera entre muchos ejemplos. También embute y elabora sus propios chorizos, algo que ya no se hace en los supermercados.
Su apuesta es la de recuperar el espíritu de los negocios de toda la vida, el contacto directo con los vecinos y ofrecer el mejor producto elaborado in situ. «Me gusta la carne, es mi pasión. Y, aunque para empezar con mi propio negocio tenga que hacer muchas horas, me da igual», subraya. Lo hace por su pareja, que, con otro trabajo, le ayuda a limpiar, y por el futuro de sus dos niñas.
