Clásicos de la hostelería de Ferrol Vello a la espera de albergar nueva vida

FERROL CIUDAD

Inés Fernández, la propietaria del local, delante del café Marte, donde su padre y su tío trabajaron cuando se llamaba Miramar
Inés Fernández, la propietaria del local, delante del café Marte, donde su padre y su tío trabajaron cuando se llamaba Miramar JOSE PARDO

El histórico Café Marte, en plena fachada marítima, bajó la persiana y busca quien lo reabra y el antiguo Bar La Escudería se ha reformado por completo para oficinas

17 ene 2024 . Actualizado a las 13:14 h.

El Café Marte de Ferrol abrió sus puertas a mediados de los años 70 y durante casi cinco décadas fue punto de reunión de trabajadores del puerto, vecinos y turistas. Al calor de su barra se arremolinaban clientes de toda la vida y en las mesas pegadas a sus ventanales otros fans del Marte disfrutaban del café o al cerveza con la vista clavada en los barquitos de Curuxeiras. Pero todo ese bullicio se convirtió en silencio a principios del 2023, cuando el último hostelero que explotaba el local bajó la persiana. Fue entonces cuando el Marte cesó su actividad y pasó a engrosar la lista de clásicos hosteleros del muelle ya desaparecidos, como El Bodegón, Casa Javier o La Maña.

El local lleva vacío ya varios meses, pero su actual propietaria, Inés Fernández, confía en que pronto surja algún emprendedor dispuesto a resucitar el Marte, dada su «privilegiada» situación en «primera línea» de la fachada marítima. La inmobiliaria Artemisa de Esteiro comercializa su alquiler. Y la dueña asegura que el café podría volver a funcionar tras una «pequeña reforma» o «lavado de cara».

Antes de la apertura del Marte, el mismo local albergó en los años 50 el Bar Miramar, que explotaba el padre de la actual propietaria del bajo, Jacobo Fernández (en la imagen) junto a su hermano Tucho
Antes de la apertura del Marte, el mismo local albergó en los años 50 el Bar Miramar, que explotaba el padre de la actual propietaria del bajo, Jacobo Fernández (en la imagen) junto a su hermano Tucho

De esta forma, se daría continuidad a un local que, ya antes de abrir sus puertas bajo el nombre del planeta rojo, también albergó otros establecimientos hosteleros. Según explica Inés Fernández, allí funcionó durante algún tiempo el café y hotel Bonilla, hasta que a finales de los años 40, su abuelo, Ángel Fernández Vila, un emigrante de Maniños retornado a la comarca, cogió el traspaso, aunque fueron sus hijos, Jacobo y Antonio Fernández (padre y tío de Inés, respectivamente), quienes lo explotaron durante unos ochos años bajo el nombre de Bar Miramar. Después albergó las oficinas y el almacén de la empresa de transportes que fundaron Jacobo, su hermano Antonio y su hermana Carmen. Y a mediados de los años 70, la familia (conocida por los Marracoi) lo alquiló a un empresario del muelle, Antonio Martínez, más conocido como Tolín, que fue quien recuperó el uso hostelero del local y lo puso en marcha con el nombre de Café Marte.

Hace más de diez años, el establecimiento pasó a ser explotado por otro hostelero y, tras su marcha, ahora aguarda a que alguien lo vuelva a llenar de vida, como también se encuentra la espera que lo reactiven el antiguo Bar La Escudería de la carretera Alta del Puerto, situado frente al albergue de peregrinos y centro de día de Afal.

El local del antiguo Bar Escudería, antes de su reforma para albergar oficinas
El local del antiguo Bar Escudería, antes de su reforma para albergar oficinas

El responsable de la antigua autoescuela Salido abrió La Escudería justo debajo del club automovilístico del mismo nombre finales de los años 60 (hoy en día en vez de ese club hay un centro de buceo), y más tarde, a mediados de los 70, cogieron las riendas del negocio José Manuel Penabad y su mujer, Ana, que lo explotaron durante cuatro décadas. En sus orígenes fue un «bar de juventud» que hacía furor con sus guateques y su equipo de música. También tuvo mesa de billar. Pero, a diferencia del Marte, los propietarios del bajo que albergó el antiguo Bar Escudería no pretenden resucitarlo para usos hosteleros, sino que en las últimas semanas lo han reformado por completo para alquilarlo para oficinas o un almacén.

Otro de los clásicos hosteleros del muelle a la espera de nueva vida es el Submarino de calle San Francisco, uno de los bares más antiguos y auténticos de Ferrol Vello. Los marineros que hacían la mili en la urbe naval solían peregrinar a este local para tomar los vinos. Y en épocas más reciente el establecimiento renació de la mano de Álex González, que lo explotó durante siete años y a principios del verano pasado lo cerró debido a una caída de la clientela que achacó a las obras de reurbanización de la calle San Francisco.

Las vallas de obra ya no cercan el bar, que se traspasa por un precio «barato», según señala Álex González.