«No queda otra que reinventarse»

beatriz antón FERROL / LA VOZ

NARÓN

Diego Castro Rey, retratado ayer en el almacén de vinos de su empresa: Dicarre Hostelería
Diego Castro Rey, retratado ayer en el almacén de vinos de su empresa: Dicarre Hostelería CESAR TOIMIL

El covid-19 paralizó su actividad, pero él encontró una vía para capear el temporal: de distribuir vinos a hosteleros ha pasado a proporcionarles equipos de protección

06 may 2020 . Actualizado a las 18:06 h.

Este lunes pasado fue para Diego Castro Rey (Narón, 1984) como una bocanada de aire fresco. Después de casi dos meses de «inactividad absoluta», su teléfono no paró de sonar para recibir decenas de pedidos, pero no de los vinos de pequeñas bodegas que distribuye normalmente su empresa, Dicarre Hostelería, sino de los Equipos de Protección Individual (EPI) que ahora ofrece la firma al sector hostelero de la zona, su clientela habitual, pero también a comercios, ayuntamientos y establecimientos como peluquerías. «Con la crisis del covid-9 no queda otra que reinventarse y esta nueva línea de negocio me pareció una buena opción», cuenta este naronés que lleva ya catorce años dedicado a la distribución de vinos, los ocho primeros por cuenta ajena y al frente de su propia empresa los últimos seis.

Castro cuenta que, tras un año 2019 « muy bueno» -en el que incluso logró incrementar la facturación en un 25%-, la declaración del estado de alarma lo dejó sin un solo cliente de la noche a la mañana. «Toda la hostelería echó la verja y yo me vi sin pedidos y sin la posibilidad de solicitar ayudas porque mi actividad no estaba prohibida y las pérdidas por facturación no llegaban al 75%», explica.

Con cero ingresos, sin embargo, Diego Castro tenía que seguir haciendo frente a un montón de gastos: el alquiler de su nave, el pago a proveedores, el leasing de la furgoneta... «Por suerte, disponía de un pequeño colchón de ahorro para ir haciendo frente a los pagos, pero los días iban pasando y poco a poco me veía cada vez más asfixiado», rememora el empresario sobre aquellos primeros momentos de angustia.

La incertidumbre siguió rondando su cabeza hasta que un buen día, hablando con un compañero de gremio con el que llevaba tiempo pensando en montar «algo más», se les ocurrió la idea. «Nos dimos cuenta que nuestros clientes habituales, pero también trabajadores de otros muchos sectores, iban a necesitar EPIs cuando se reanudase la actividad y decidimos comenzar a distribuir este tipo de equipos, aunque cada uno por su cuenta: yo para la zona de Ferrolterra, y él, para la de A Coruña», explica Diego Castro.

Tras una intensa búsqueda, el naronés encontró un proveedor nacional de distintos equipos básicos «homologados» y «fabricados en España y Portugal», y hace apenas una semana, inició una intensa campaña comercial para ofrecérselos a sus clientes de siempre y a otros nuevos. El catálogo de esta nueva línea de distribución incluye viseras-pantalla de protección facial; gel desinfectante en sobres monodosis; mascarillas desechables de nivel I y II; y mascarillas reutilizables, que se pueden lavar hasta veinte veces a 60 grados.

De momento, según explica Castro, «lo que más salida están teniendo son las pantallas de protección facial para los trabajadores, y las mascarillas desechables para ofrecérselas a la clientela que pueda entrar por la puerta del local sin llevarla puesta».

En cuando a su actividad habitual de distribución de vinos, el responsable de Dicarre confía en ir recuperándola poco a poco -de hecho, el pasado lunes recibió el primer pedido de este tipo desde que comenzó el confinamiento-, aunque ya casi da por perdido el año en ese segmento de negocio. «Tendría que venir un verano con muy buen tiempo para poder salvar los muebles, pero aún así el futuro se presenta incierto. ¿Qué pasará si se produce un rebrote del contagio? ¿Qué hostelero va a aguantar un nuevo confinamiento de la población?», se pregunta preocupado.

Con todo, cruza los dedos y espera que, una vez pase el miedo y bajen los contagios, la gente se eche a la calle y llene las terrazas para apoyar a la hostelería local.

EN CORTO

Trayectoria. Trabajó por cuenta ajena para la distribuidora de vinos Disbelia y la bodega Solar de Samaniego, y hace seis años montó su propia empresa: Dicarre Hostelería (pedidos en comercial@dicarrehostelería.es y en el 628 500 838). 

Red de «networking». Forma parte del grupo Eureka BNI, una red integrada por profesionales de la comarca de distintos sectores aliados para intercambiar contactos y buscar nuevas oportunidades de negocio.