Dos semanas de intenso trabajo en Narón para nutrir de flores a negocios de toda Galicia
NARÓN
Productores y personal de Agroflor preparan pedidos de floristerías, particulares e hipermercados Alcampo
19 oct 2022 . Actualizado a las 23:03 h.De los dos millones de facturación anual de la cooperativa Agroflor, con sede en Narón, el 20 % corresponde a las dos últimas semanas del mes de octubre. Productores y personal de almacén y tienda trabajan con intensidad para atender los pedidos de floristerías (de las provincias de Lugo y A Coruña), particulares y seis hipermercados de Alcampo en Galicia. Solo esta última empresa reserva cerca de 1.500 centros, una cifra que va a más cada año. En el establecimiento del polígono de A Gándara, en 2021 se vendieron 213 jardineras destinadas a los cementerios, más de la mitad por encargo.
El 65 % de la flor que comercializa la cooperativa procede de los invernaderos de sus socios (25 activos en la actualidad) y el resto se importa de Colombia, Ecuador y Holanda. «Clavel de producción nacional casi no hay, tienes que echar mano del de Colombia, y la mayoría de las rosas vienen de Ecuador», indica Vicente Hermida, encargado del almacén. Pero «el producto estrella» de la campaña de Difuntos es el crisantemo, de distintas variedades, «porque es de temporada y eso lo hace más asequible, porque aguanta mucho sin deteriorarse y porque a las floristerías les da mucho juego para trabajar con rapidez», explica. El más común, con varias flores en el mismo tallo, permite cubrir una jardinera con pocas unidades. El Boris Becker, nombre que se debe a su parecido con una pelota de tenis, «se suele combinar con verde o con otro tipo de flor».
Este año, los precios, que siempre se incrementan por la campaña de Todos los Santos, crecerán algo más por la subida generalizada de los costes de producción y el alza de los combustibles. El manojo de crisantemos ronda los nueve euros, la docena de claveles anda por 12 y la de rosas, en torno a 50. «Os gastos son cada vez maiores, a propia planta, a electricidade para o rego, os abonos, os fertilizantes, o transporte ata a cooperativa...», detalla José Freire López, socio de Agroflor. Él y su mujer, María Belén Souto García, forman la sociedad Agrofreire, que produce crisantemos y huerta en Irixoa. «Dos dous mil metros de invernadoiro, a metade está a flor para Santos. É a época máis forte da produción, cando máis ingresos temos. Este ano parecía que non ía haber moito crisantemo, pero está sendo boa temporada», añade.
A José y a María Belén no les llegan las horas para cortar flor: «Son semanas moi axetreadas para o socio e tamén para os traballadores da cooperativa». Marta Piñeiro sabe bien lo que supone el mes de octubre, después de más de 15 años en la tienda. «Es el momento de más trabajo del año, para mí y para mis compañeras», constata. Ella anota pedidos y vende, y otras empleadas se ocupan de elaborar los centros. Hay quien prefiere comprar la flor y diseñar su propia jardinera, aunque la mayoría encargan el lote entero, adaptado a las características del nicho (tamaño o forma) y al bolsillo de cada uno.
«Tenemos clientes que nos dicen el tipo de flor que quieren meter y a partir le ahí les calculamos el coste, otros te dicen que quieren un centro de 30 euros, 50, 80... y según el precio se lo haces. Marcan el gasto pero suelen dejar bastante libertad», indica esta dependienta. Los más jóvenes se decantan por diseños más modernos y, casi siempre, más caros, frente a los estilos más tradicionales. «Hay de todo un poco», resume, inmersa ya en la campaña del día de Difuntos.