Pazo Libunca, paraíso en la tierra: «Un hotel de cuatro estrellas con el encanto de los años 20»
NARÓN
María Penabad dirige el establecimiento creado en un palacio indiano de Narón
19 sep 2023 . Actualizado a las 15:58 h.Las mejores fiestas soñadas por El Gran Gastby solo podrían celebrarse en una mansión como el Pazo Libunca. Tan portentosa casa indiana fue alzada en el corazón de Narón por la familia Montenegro. Corría el año 1922 y un siglo después sigue más viva que nunca como uno de los hoteles más bonitos del noroeste. Como indica su directora, la naronesa de toda la vida María Penabad Gutiérrez, «somos un hotel de cuatro estrellas con el encanto de los años 20».
Como establecimiento hotelero ya lleva dos décadas. Y desde 2020, el propietario asumió la gestión a través de Pazo Libunca S.L. «La propiedad, que compró este espacio sobre el año 2000, se autogestiona con el lema de que a la tercera va a la vencida tras el paso de anteriores empresas», indica la directora. Tiene once trabajadores para un palacio de 14 habitaciones, un jardín de casi 15.000 metros cuadrados, o la carpa acristalada y abovedada donde celebran bodas u otras fiestas.
Entre las herencias de aquellos locos años 20, destacan «unos azulejos intactos, las escaleras de madera, la entrada espectacular y un entorno colonial que se mantiene con ligeros cambios». Como ejemplo, el torreón se ha convertido en habitación familiar tipo dúplex con vistas en 180 grados sobre la comarca. «Antiguamente era el salón de té y ahora podemos ver buena parte de la comarca», invita la directora.
Además de hotel y salón de bodas, el Pazo Libunca ejerce como cafetería abierta a todo el público desde el año pasado y restaurante fusión (desde platos gallegos como pulpo y rape a la cedeiresa, al cochinillo o el cordero de Segovia). La organización de bodas y grandes eventos corre a cargo de Fincas Montesqueiro, pero desde el próximo año también la asumirá la propiedad del hotel. Los jardines invitan a pasear entre árboles centenarios y plantas aromáticas: castaños, rosales, buganvillas, palmeras, jazmines, hortensias. Y la caminata sigue entre mesas de época o un estanque que antes se usaba para el baño: «Ahora lo tenemos con nenúfares y carpas, pero nos planteamos volver a recuperar un espacio así para los baños porque lo pide mucha gente pero pensando en el clima gallego».
Bodas de mayo a noviembre
La carpa de grandes eventos se instaló donde antes había una pista de tenis, y allí se celebran bodas todos los fines de semana de mayo a noviembre. El espacio favorito de María Penabad es «la galería del desayuno, en la que viajas a los años 20 con las comodidades de este siglo». Admite la directora que el Pazo Libuncas es «uno de los espacios más queridos de Narón pero también desconocido, lo conocían como el chalet de Cabezas».
Con la pandemia, un nuevo mundo regresa para quedarse: el imperio del terraceo con amigos o de los paseos en familia. «Aquí ahora viene mucha gente los fines de semana para tomar el vermú, tras esa pandemia vamos a espacios abiertos y a un trato más cercano que es el que ofrecemos nosotros», indica María Penabad. Esta economista, de 51 años, lleva dos años y medio como directora del Pazo Libunca: «Me especialicé en gestión de hoteles y estuve en el sector de la construcción mucho tiempo, pero a mí me encanta la atención al público, que llegue el cliente y diga que esto es una preciosidad». Y para esta naronesa de O Alto, que ahora reside en Sedes, «esto es espectacular y uno de los hoteles más bonitos de la zona».