La ingeniería de Narón que hace funcionar las entrañas de los molinos de viento
NARÓN
Septentrio Technologies diseña y repara circuitos electrónicos para el sector eólico desde Río do Pozo
20 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Septentrio Technologies. ¿Qué esconderá la nave industrial de Río do Pozo que luce en su fachada ese enigmático nombre? Esconde la llave para que las aspas de los molinos de viento sigan girando o para que la principal siderometalúrgica gallega pueda seguir produciendo acero. Porque allí se diseñan los circuitos que hacen girar los aerogeneradores o funcionar las máquinas de la naronesa Megasa. La electrónica domina el mundo.
Francisco Javier López, ingeniero electrónico, cofundador y gerente de la empresa, aclara que, desde hace quince años, Septentrio diseña «circuitos electrónicos a la medida de nuestros clientes, los montamos, los probamos, los entregamos, los ponemos en marcha y luego hacemos el mantenimiento». Ese proyecto ideado en Narón se envía luego a proveedores externos para que lo fabriquen, en España, pero, sobre todo, en países asiáticos, explica López.
La compañía de Río do Pozo trabaja para todo tipo de clientes y sectores, pero tiene especial relevancia en su negocio el sector eólico. Entre sus clientes, tecnólogos como Siemens Gamesa y Vestas, y operadores de parques como Iberdrola, Naturgy y EDP, que recurren a Septentrio cuando los molinos se paran por una avería. Porque, cuando eso sucede, seguramente es porque ha fallado algún circuito electrónico. Francisco López señala que habitualmente pueden reparar el fallo en las propias instalaciones de Río do Pozo, diseñando otro dispositivo que haga funcionar el molino. Pero, en muchas ocasiones, «si no lo podemos solucionar en el taller, tenemos que subir a la turbina del molino para comprobar dónde está el problema», detalla López.
Dentro del taller de Septentrio hay varios armarios llenos de circuitos. Uno de ellos, de una tonelada de peso, procede de un aerogenerador de un parque de Acciona, que la empresa de ingeniería está revisando a fondo para comprobar su estado. Y es que Francisco López explica que en la cabeza de un molino (el buje) hay varios de esos enormes armarios, de los que depende que la máquina funcione correctamente.
Septentrio ha diseñado o reparado los circuitos de buena parte de los parques gallegos: «Si no los tocamos todos, sí casi todos». Aunque sus diseños también forman parte de instalaciones eólicas de España y de Europa, precisa el gerente.
Pero, además del sector eólico, Septentrio presta servicio a la industria. Así, tiene desplazados a dos trabajadores de forma permanente en Megasa para dar apoyo para el mantenimiento electrónico de la siderúrgica (los sensores de pesaje, cargadores de batería, grúas...).
La empresa naronesa está desarrollando también un proyecto para una empresa que se dedica a medir el gas radón en los edificios públicos en Galicia, y otro para la Armada, para montar una estación meteorológica en Ferrol, avanza Francisco Javier López. Además, esta semana ha mantenido una reunión de trabajo con Bosch para explorar vías de colaboración.
El gerente de la empresa destaca que cada año están creciendo de forma sostenida, aunque no da datos de facturación. Reconoce que «haciendo una labor comercial más agresiva, podríamos tener un volumen mayor de trabajo, pero no es nuestra intención a corto plazo porque la calidad que le voy a dar a mis clientes no va a ser la misma».
Problemas para contratar
La plantilla ronda la veintena de trabajadores. López resalta el problema que están teniendo para la contratación de técnicos especializados: «Nos cuesta encontrar personal cualificado», admite. Septentrio busca técnicos superiores e ingenieros de las ramas de electrónica, informática y telecomunicaciones. Además, la empresa mantiene acuerdos con centros de FP dual y con la Universidade da Coruña para formar a estudiantes: «Nuestra intención es que la gente que formamos aquí se quede toda la vida», destaca.
Pese a que esos circuitos están compuestos de microchips, la empresa naronesa no ha sufrido los problemas de suministro de semiconductores que ha paralizado en varias ocasiones, por ejemplo, el montaje de automóviles en la fábrica de Stellantis en Vigo. Septentrio Technologies se libró porque trabaja con lo que se denomina componentes pasivos, sin elementos programables.
Francisco Javier López explica que los circuitos de un aerogenerador trabajan constantemente, pues funcionan durante buena parte del año. Por eso se deterioran y su ciclo de vida es más corto que los componentes de otros equipos. Se estropean por el uso, aquí no hay obsolescencia programada, que sí se da en otros sectores, reconoce. Porque «en un circuito que sea microprocesado, es decir, donde haya un programa, yo puedo decirle: muérete en tal fecha. Están programados para que se averíen en determinado momento».