Fernando Beceiro, al frente de las instalaciones, apunta que los cierres y el pastor eléctrico evitaron daños hasta ahora
08 oct 2024 . Actualizado a las 12:02 h.En los treinta años que Fernando Beceiro lleva al frente de la granja Belelle en Pename (Neda) no recuerda nada semejante. «Hasta ahora solo algún zorro había bajado a la granja, pero con los cierres y el pastor eléctrico evitamos daños. En esta ocasión fue diferente, los lobos se ensañaron». Y es que lo ocurrido en la noche del domingo con Ten, el poni que le regalaron con motivo del décimo aniversario de la granja, le tiene conmocionado.
A duras penas fue capaz de narrar la escena que se encontró el lunes a la mañana en la parcela en la que había dejado a los animales, aprovechando el buen tiempo. Los ponis más jóvenes lograron escapar, pero Ten pereció devorado por los lobos. Fernando comenta que «dejaba a los ponis en esa parcela con frecuencia y nunca había pasado nada».
Tras lo ocurrido el lunes y comentándolo con los vecinos se dio cuenta que no era el único damnificado por el ataque de los lobos. En la parcela colindante ya hubo dos ataques que diezmaron una manada de cabras y ovejas. Su vecino le contó que sufrió el primero en verano y el segundo el pasado viernes.
Los técnicos de Medio Ambiente constataron que todos los casos eran ataques de lobos. Fernando está preocupado porque algo así vuelva a ocurrir. En su granja hay muchos animales, caballos, ponis, un dromedario, un avestruz, un ñandú... Pero también, ovejas, cabras, patos, faisanes y vacas.
No es habitual que los lobos lleguen a una zona a escasos ochocientos metros del centro de Neda. Pero Fernando Beceiro señala tajante: «Tendremos que estar atentos para que no vuelva a ocurrir».