Roberto Soto: «Leváronme 7.896 euros, quedáronme 900 na conta»

ANA F. CUBA ORTIGUEIRA / LA VOZ

FERROL

CEDIDA

Este afectado por una estafa no entiende cómo le pudo pasar a él, que es tan desconfiado. La pandemia dispara las estafas un 30 %

27 jun 2022 . Actualizado a las 16:45 h.

El 19 de agosto, a las 18.33 horas, Roberto Soto Rey (Grañas do Sor-Mañón, 39 años), vecino de Ortigueira desde hace casi tres décadas, recibió en su teléfono este SMS, supuestamente de Abanca: «Roberto. Un dispositivo no autorizado esta conectado a su cuenta online. Si no reconoce este acceso, verifique inmediatamente https://s.id/Ev7T5». Pinchó en el enlace, accediendo así a la página web de la banca electrónica de Abanca. Poco después, a las 19.01, atendió una llamada del número 981 910 522, «o que aparece no dorso dunha das tarxetas de crédito da entidade». Su interlocutora, que se identificó como «Mónica, de Abanca», y que al ver que le contestaba en gallego se dirigió a él en este idioma, le pidió la clave que le habían enviado a su móvil para poder anular la transferencia que se acababa de realizar desde su cuenta sin su conocimiento, sin precisarle el montante.

«Ao principio non lla daba, pero estaba en Ponte Segade [unha zona do municipio de Mañón con mala cobertura de telefonía móbil], cun dous por cento de batería no teléfono, e díxenlle a clave», relata. Después le solicitaron otra clave para efectuar otra transferencia, pero la llamada se cortó. Esta segunda operación era por importe de 6.925 euros. Soto Rey, operario de mantenimiento de parques eólicos con dos hijos, de nueve y cinco años, no tardó en ver claro que «a clave era para facer as transferencias, unha estafa en toda regra». «Fun para a casa, carguei o teléfono, entrei na miña conta, a través da banca electrónica, e vin que me faltaban 7.896 euros. Chamei a Abanca, á oficina de Ortigueira, e un empregado, ao que lle estou moi agradecido, foi ata a sucursal, pero xa non puido cancelala, era unha transferencia inmediata a un banco lituano, a nome de Leopoldo Casas Juanito», desgrana. En la cuenta le dejaron 900 euros, y en el ánimo, un golpe tremendo, al ver cómo ha perdido, al menos de momento, los ahorros de años de trabajo. «Estou fastidiado, penso que como me puido pasar a min, porque son desconfiado, pero iso pásalle a calquera. Púidome a presión, alí, en Ponte Segade, sen cobertura, pensando que se non lle daba a clave se ía facer a transferencia, e deilla», lamenta. Después formuló la denuncia en el cuartel de la Guardia Civil, e inició su batalla con Abanca, donde ya le han confirmado que «non se fan cargo, que eles non mandaron mensaxe ningunha...». «Quérense desentender de todo -denuncia-, e agora terei que ir a Consumo, e despois, se non se resolve, haberá que ir aos tribunais». Peleará, como sea, para recuperar su dinero.

Este vecino de Ortigueira no entiende cómo es posible que «poidan suplantar así por así a unha entidade como Abanca, chamando desde o seu número de teléfono e mandando mensaxes desde o mesmo fío» del que le llegan siempre. Y no para de darle vueltas a lo sucedido: «O banco debería esperar ao día seguinte para confirmar a transferencia. Ten que haber outro tipo de seguridade, deberían ter máis control».

Si algo le despistó fue que Mónica, la persona que se comunicó con él haciéndose pasar por una empleada de Abanca, se dirigiera a él en gallego. ¿Quién iba a engañarle así hablándole en su lengua? «Tesme que dicir a clave en trinta segundos, que se non vaise facer efectiva a transferencia... puidéronme os nervios e deilla», repite. Hasta que después, con calma, comprobó que había sido víctima de un timo, que le habían vaciado la cuenta bancaria. Confía en recuperar sus ahorros y cree que deberían unirse, él y el resto de víctimas de este tipo de fraude, para sumar fuerzas. Y que los bancos «teñen que facer máis» por combatir esta clase de delitos.

ANA GARCIA

Andrea Reborido: «Imos asociarnos as persoas implicadas para que nos oian»

«Pincharon o teléfono da oficina bancaria para falar comigo. Suplantaron a miña identidade», explica esta afectada por una estafa

X. Ameixeiras

Andrea Reborido, de Agualada (Coristanco), vio vaciada su cuenta de Abanca en un abrir y cerrar de ojos. En un instante se quedó sin los 9.000 euros de sus ahorros. Solo le dejaron 10 céntimos. Desde el corazón de Bergantiños su dinero viajó a Lituania con una facilidad pasmosa al ser víctima de una suplantación de identidad, la suya y la de la entidad bancaria. Sufrió una estafa a través de medios electrónicos.

El proceso fue muy rápido. «Recibín unha mensaxe de texto co título de Abanca no que se me di que estaban intentando suplantar a miña identidade», narra. Abrió ese enlace y le aparece en la pantalla la página de su banca electrónica. «Entro co meu DNI e a clave de acceso que teño e comprobo: todo está ben, en orde», declara. Pero no se quedó ahí la cosa. Pasados diez o quince minutos recibe una llamada de teléfono desde una supuesta sucursal de Abanca en A Coruña. Semejaba todo tan veraz que no dudó. «Eu non dubido de que me chama o meu banco de verdade. Sáeme unha chica ao teléfono, falo en galego, e dime que están intentando facer unha transferencia coa miña conta por valor de 1.000 euros e que se son eu solucionamos nese momento», añade. Le contesta que no, que obviamente no es ella: «Non estou intentando facer ningunha transferencia, contéstolle».

Al fin le dicen que le van enviar un código por mensaje de texto que en esa misma llamada debe decir. «Entón dígolle ese código e no momento en que acabei de dicilo xa colgan». Ya estaba la estafa concluida. No había nada más que hacer.

Se dio cuenta entonces de que algo estaba fallando en el sistema. En ese mismo instante empezó a sospechar de una posible estafa. «O que fago, logo, é entrar na miña banca electrónica e doume de conta de que non teño absolutamente nada, 10 céntimos», concluye.

Lo que vino de ahí en adelante ya solo tiene que ver con la desesperación. Llamó al número del banco y quien coge sí es una gestora de Abanca. «O que pasou é que [los estafadores] pincharon o teléfono da oficina para falar comigo. Suplantaron a miña identidade e mais a do banco», explica.

Está absolutamente asombrada de la pericia de los estafadores. «Saben perfectamente o que dicir, o texto que a chica le ao falar contigo é exactamente igual ca o que che di a túa xestora de Abanca, por tanto non consegues diferenciar», apunta..

Presentó una denuncia contra los estafadores. El pasado lunes, en Abanca le respondieron que no se hacían cargo de la pérdida. Ante lo cual, presentará las oportunas reclamaciones y, si no prosperan, incluso piensa dirigir una denuncia contra la propia entidad de crédito. Ya consultó con su abogada los pasos a seguir y no piensa claudicar.

Andrea Reborido opina que si tener el dinero en el banco no da seguridad, lo preferible, entonces, es tenerlo en casa. «Alo menos, se veñen roubalo que pasen algo de traballo», reflexiona. Por otra parte, está intentando entrar en contacto con otras personas afectadas por el mismo problema, gente que se ha visto en la misma tesitura, con su dinero viajando a un banco lituano, para hacer un frente común y conseguir una respuesta a su problema, «Vamos intentar asociarnos as persoas implicadas. Somos moitos e seguramente moitos que aínda non sabemos. Que nos oian», anuncia.

Cree que hay que darle un «tirón de orellas» a las entidades bancarias porque «non o están facendo ben». Por eso quieren unir esfuerzos, como compartir abogado, para evitar que su pérdida caiga en saco roto y, sobre todo, recuperar sus ahorros.