Las familias de los menores piden disculpas por los desperfectos del cementerio de Pantín: «Que teñan o castigo que lles corresponda»

LA VOZ VALDOVIÑO

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Vecinos, el lunes por la mañana, viendo los destrozos en el camposanto
Vecinos, el lunes por la mañana, viendo los destrozos en el camposanto CÉSAR TOIMIL

La Guardia Civil instruye diligencias por los daños causados en medio centenar de nichos la noche de San Juan

25 jun 2024 . Actualizado a las 22:44 h.

Las familias de los seis menores, de 14 y 15 años, implicados en los desperfectos del cementerio antiguo de Pantín piden disculpas «a todos os veciños e a toda a parroquia, teñan nichos alí ou non, porque foi un dano para todos», ante lo sucedido la noche de San Juan. «Estamos moi fastidiados polo que pasou e queremos pedir desculpas», insisten. Los padres de los chavales asumirán el pago de todos los gastos que acarree la reparación de los daños ocasionados en los panteones, como ya les trasladaron el lunes a los vecinos afectados.

En cuanto a sus hijos, entienden que «teñan o castigo que lles corresponda, o que lles poña o xulgado». Pero piden «respecto porque son uns críos» y que cesen las amenazas que están recibiendo algunos a través de las redes sociales. «Son menores de idade, a situación fóiselles das mans, pero as ameazas que están recibindo son aínda peores», añaden. Aseguran que los chavales «están moi arrepentidos» de lo que hicieron, tanto el que golpeó los panteones como el que le jaleó y el que estaba grabando, como los otros tres, que se habían quedado en el local social, donde habían celebrado todos juntos la noche de San Juan, y después se acercaron al camposanto. No todos aparecen en el vídeo que alguno subió a Instagram.

Cinco de los chavales retiraron los cristales y los depositaron en un contenedor. Tras el impacto inicial, Pantín recobra la normalidad, poco a poco. «Hay que poner calma —insistía ayer el regidor—. El castigo tiene que ser proporcional, es un tema de educación... no debemos sobredimensionarlo y desde luego este no es un tema de religión». El párroco, Javier Santiago Sanmartín, coincidía: «Son actos vandálicos e hai que valoralos con prudencia».