Adiós a Herminia Iglesias, la gran centenaria de Valdoviño: «Vivió casi 104 años y fue un regalo tenerla tanto tiempo»
VALDOVIÑO
Su hija recuerda a una mujer «muy trabajadora, muy cariñosa, muy buena madre»; la propia Herminia recordaba en una entrevista que «o segredo foi gañar o meu propio soldo»
10 ene 2025 . Actualizado a las 16:28 h.Algunas personas deberían ser eternas. Pero el tiempo llega para todos, incluso para los grandes centenarios gallegos como Herminia Iglesias. Esta vecina de Valdoviño falleció hoy cuando solo le quedaban unos meses para cumplir los 104 años. Y con ella se despide todo un mundo que nunca volverá: el de los testigos de la Guerra Civil y de la posguerra, una generación tremendamente trabajadora y valiente. Así recuerda la hija de Herminia a su madre: «Siempre fue una mujer muy activa, muy trabajadora, muy cariñosa y muy buena madre». La propia Herminia en una entrevista en este diario declaraba hace solo unos meses sobre su longevidad: «O segredo foi gañar o meu propio soldo».
La centenaria, que trabajó de empleada de la limpieza y también en el cuartel Sánchez Aguilera de Ferrol, vivía en Pantín. Y deja un gran recuerdo entre sus familiares y vecinos. Su hija Ángeles Bellón afirma que «vivió casi 104 años y fue un regalo tenerla tanto tiempo, aunque ese regalo ahora me lo quitaron y será terrible estar en la casa sin ella». Madre e hija estuvieron juntas hasta el final, «hace 15 días tuvo una caída y sufrió un bajón, pero después parece que resucitó porque era muy valiente». Hasta hace poco «cazoleaba sin parar, se levantaba todos los días a prepararse su desayuno, le encantaba hablar de sus familiares fallecidos como si aún estuviesen vivos, siempre muy activa y hasta se encargaba de despertarme».
En la entrevista de septiembre, contaba Herminia que su lema fue «traballar duro, non depender de ninguén e non darlle importancia ás cousas». Gran amante del café y del trabajo, le recomendó a su hija «que non dependese do salario dun home». Y Ángeles se licenció en Filología Hispánica en Santiago para ser profesora toda su vida. Cumplía así el sueño de Herminia, «que non sabía ler nin escribir, pero que se movía perfectamente cos números ata que chegou o euro».
El entierro será mañana en la iglesia de Santiago de Pantín, con la comitiva saliendo a las 16.30 horas del tanatorio de Valdoviño. Cuando Herminia llevaba a Ángeles al instituto Sofía Casanova, le recordaba que «tiña que estudar para non ser unha escrava». Disfrutaron juntas de sus últimos años, mientras la centenaria aún lavaba los cacharros, charlaba y tomaba café: «Ai o café! Sempre tomei café para poder traballar. Como me gusta e sobre todo en vaso de cristal!». Le encantaban la ropa y los colores, y siempre fue una chica moderna.