Del nombre de la directora nadie se acordará, pero a Meryl Streep, metida hasta el tuétano en la piel de la que fuera premier británica Margaret Thatcher, nadie la olvidará en su papel. Suponiendo además que se llevará su tercer Oscar de calle (ya lo tiene por Kramer contra Kramer y por La decisión de Sophie) a no ser que los académicos consideren que esta señora es de otro mundo y que ya está bien de arrasar? La dama de hierro se ajustaría al patrón de biopic, en este caso sobre la lideresa del ultraliberalismo económico que en los ochenta puso patas arriba a Gran Bretaña, incluyendo la guerra de las Malvinas.
Actualmente retirada de toda actividad pública, a sus 86 años y aquejada de demencia senil, el guion de Aby Morgan arranca mostrándola como una anciana más que se acerca al súper a su compra diaria. Su tiempo es pasado y el país ya es otro. Asistiremos a varios de los pasajes más trascendentes de su vida personal y de su actividad política, así como a la relación con su esposo, siempre en un segundo plano. Como es natural, el diseño de producción hubo de emplearse a fondo para recrear con precisión lugares y momentos todavía fijados en la memoria de varias generaciones. Rodada en Londres y alrededores entre febrero y marzo del 2011, manejó un presupuesto de 13 millones de dólares y tuvo como directora a la inocua Phyllida Lloyd, autora de la discreta, aunque taquillera, Mamma Mía!