Ha repetido José María Castellano en las últimas semanas, tanto a los sindicatos como a grupos de trabajadores con los que se ha reunido, que el objetivo de Novagalicia es seguir siendo Novagalicia. Es decir, mantener su plan estratégico de captación de inversores, cumpliendo con el nuevo marco regulador que imponga Mariano Rajoy -y cuyo contenido se conocerá el viernes- y sin vender la firma a nadie.
Para cumplir con ese propósito, aseguran en el equipo directivo, es necesario afrontar un ajuste laboral profundo que supondrá finalmente que la entidad se quedará con 2.000 empleados menos que cuando nació Novacaixagalicia, en diciembre del 2010. Ya no hay negocio para tanta plantilla como cuando nació. Sin ese ajuste, explican fuentes de NCG, «la situación en el banco sería mucho más complicada» ante un negocio «que se ha desplomado para todos». De hecho, este año se espera un recorte de personal en el sector bancario muy significativo por las nuevas fusiones, por un lado, y por la necesidad de cerrar más oficinas, por otro.
Los sindicatos, sin embargo, piden a la cúpula de la empresa que dé la cara. «La responsabilidad no puede caer solo en los empleados. La responsabilidad, les guste o no, está en las personas que dirigen esta nave sin rumbo», apuntan en un escrito CC.?OO., UGT y Csica. «Non aceptamos despedimentos, e estaremos atentos ao que nos plantexan os próximos días», avisan desde la CIG.