Los mariñanos prefieren viajar en septiembre y eligen las islas como destino preferente

A.F.C. VIVEIRO / LA VOZ

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La demanda de cruceros va a más, Portugal gana puntos y otros optan por el turismo cultural, en capitales europeas

02 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Los mariñanos buscan fuera casi todo lo que los turistas encuentran en la comarca lucense. Tranquilidad, precios económicos y sol, algo más escaso en el norte, aunque este verano se haya evidenciado lo contrario. Coinciden menos en las fechas. Los mariñanos prefieren viajar en septiembre e incluso en octubre, por razones de trabajo (comerciantes y empresarios del sector hostelero esperan con ansia el final de la campaña para reponer energías) o simplemente para no perderse el verano y las fiestas. «¿Para qué te vas a ir en julio o agosto si es cuando mejor estás aquí?», se pregunta Noelia, con el billete a la Riviera Maya en la mano.

Los archipiélagos balear y canario constituyen el destino preferente, a tenor de los datos proporcionados por varias agencias (el uso de Internet se ha disparado en los últimos tiempos para las consultas, pero a la hora de reservar, la mayoría se decantan por visitar la oficina). Aunque la costa peninsular, en especial Andalucía y Levante, han ganado seguidores este año «porque así se ahorran el avión y es menos gasto», explica un vendedor. Igual que ocurre con el litoral portugués y la isla de Madeira, con las tarifas muy ajustadas por efecto de la durísima crisis que sufre el país vecino.

El Caribe es otro destino clásico, muy solicitado. «Y ahora están de moda Isla Mauricio o las Seychelles (en el océano Índico)», aseguran en alguna agencia, para quienes optan por unas vacaciones un poco más largas. La demanda de cruceros, a precios cada vez más competitivos, también ha ido a más en los últimos años. Un tercer grupo de mariñanos se inclina por el turismo cultural, con la mirada puesta en las principales capitales europeas, una interesante alternativa, aunque algo más cara, en cualquier momento del año.

Reservas de última hora

El turista mariñano también se parece al visitante foráneo a la hora de reservar su viaje. «Hace dos o tres años se compraba con mucha antelación, en mayor o junio ya sabías quién se iría en septiembre u octubre, pero ahora, por la crisis y las dudas sobre la situación laboral, reservan encima de la fecha. A lo mejor vienen el 3 para irse el 6, ahora el grueso lo vendes en el mes en que estás», constata la responsable de un despacho. Triunfa «la última hora, cuando saben cuánto les ha quedado de las fiestas para el viaje». Las maltrechas economías domésticas y la incertidumbre hacen que la gente pida cada vez más paquetes vacacionales con ?todo incluido?. «Así saben justo lo que van a gastar y no tienen que afrontar imprevistos».