La Marina prevé tenerlos en alto nivel de preparación, pese a la crisis
15 ene 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Las grandes líneas generales durante los próximos años para la Marina, marcadas el 27 de diciembre por el almirante jefe del Estado Mayor de la Armada (Ajema), Jaime Muñoz-Delgado, no se han limitado a definir las necesidades a medio plazo para la Flota, en las que se incluye la contratación de cinco fragatas de la serie F-110, aunque sin marcar plazo ni presupuesto.
También se dan otras pautas que permiten extraer conclusiones para las unidades con base en Ferrol, fundamentalmente las cuatro fragatas F-100 y el buque de apoyo en combate (BAC) Patiño y el Cantabria, aunque este último a partir del 2014, pues en este ejercicio se integrará con la Armada de Australia. Está programado que asuman aún más peso en las operaciones reales nacionales e internacionales.
Así, el Ajema señala que teniendo en cuenta la situación presupuestaria en la Flota habrá «una parte de las unidades en un alto nivel de alistamiento conformando una Fuerza Naval equilibrada que nos permita afrontar con eficacia y seguridad los compromisos asignados». A renglón seguido añade: «Aunque asumiendo que esto supondrá una disminución importante de la actividad de otras».
Como ya se ha mencionado, aunque las líneas generales para la Armada se acaban de dictar, ya se está trabajando con el escenario marcado por el Ajema.
Así, todo hace prever que las fragatas F-100 y el Patiño incrementarán su nivel de actividad, siempre dentro del marco de la contención en los ejercicios, en detrimento de otras unidades con base en Rota, como las fragatas de la clase Santa María, llamadas a ser sustituidas a medio plazo por las futuras F-110.
Por poner un ejemplo, a partir de ahora será mucho más habitual que las F-100 se desplacen a la operación Atalanta en el Índico, misión hasta hoy reservada para las F-80.
El contexto por el atraviesan las Fuerzas Armadas, con importantes recortes presupuestarios, provoca que el adiestramiento de las unidades con base en Ferrol sea todo un reto. ¿El motivo? Aunque se vayan a mantener en un nivel de disponibilidad alto para atender las misiones que se consideren necesarias -sobre todo si surgen crisis internacionales como la más reciente en el embargo marítimo a Libia- los días de mar y los ejercicios se restringirán, si cabe, todavía más. La tónica de los últimos ejercicios se acentuará. En otras palabras, recae en los mandos la responsabilidad de optimizar los recursos para lograr un complicado equilibrio.