Vigo en los 50 años de «El verdugo»

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

FIRMAS

El guionista Rafael Azcona junto a Berlanga durante el rodaje de la película El verdugo en 1963.
El guionista Rafael Azcona junto a Berlanga durante el rodaje de la película El verdugo en 1963.

El profesor universitario Maximino Cacheiro realizó un trabajo en 1970 sobre la película en París, donde conoció a Luis García Berlanga

09 jun 2021 . Actualizado a las 23:26 h.

«Buñuel, en el fondo, es un puritano, no olvideis que yo, como pornógrafo, soy tan perseguido o más por el franquismo que vosotros», contestó Luis García Berlanga a un grupo de exiliados españoles, entre los que se encontraba el profesor vigués Maximino Cacheiro, en el París de comienzos de los setenta. La escena acontecía durante el rodaje de Tamaño natural, una película que no se pudo ver en España hasta después de la muerte de Franco. La reflexión de Berlanga vino precedida por la pregunta de aquel grupo de jóvenes exiliados acerca de si la película que estaba grabado sería más erótica que Belle de jour, de Luis Buñuel.

No fue el único contacto del profesor universitario Maximino Cacheiro con el gran Berlanga. Ahora que se conmemora el cincuenta aniversario del estreno de El verdugo, el profesor de literatura recuerda que cursó una maestría de estudios cinematográficos en la Universidad de París en 1970. Entre los profesores que dirigieron aquella maestría se encontraban algunos de los componentes de la reconocida revista Cahiers du Cinema. «Como trabajo de la maestría, llevé a cabo un estudio del humor negro en El verdugo», afirma Maximino Cacheiro. «En realidad, era aquel un estudio semiótico de cómo funcionaban los objetos en los gag, una técnica de moda entonces en París».

Fernández de la Vega

Para la parte teórica del estudio, utilizó la reflexión sobre el humor del gallego Celestino Fernández de la Vega, «que era la primera vez que se citaba en la Universidad de París, y gustó mucho a los miembros del tribunal». Se refiere Cacheiro al ensayo O segredo do humor, publicado también en el año 1963

«El verdugo era una metáfora del mundo sórdido del franquismo, que obligaba a mucha gente a comportarse en contra de su conciencia», explica Cacheiro, que recuerda que Berlanga era un gran admirador de Valle-Inclán y poseedor de una gran conciencia crítica. «Ya durante el último período del felipismo, en plena época corrupta, filmó Todos a la cárcel, sátira cruel de la corrupción generalizada del estamento político, hoy en día, creo que más vigente que nunca», opina.

Luis García Berlanga ya era un cineasta de culto entonces, de ahí que un grupo de exiliados españoles, que vivían en París antes de la muerte del general Francisco Franco, se acercarán al rodaje de Tamaño natural. «Se comportó con nosotros de manera muy campechana; era muy simpático y extrovertido, nada estirado», recuerda el profesor de literatura iberoamericana. «Hablamos con él y yo le dije que había hecho un trabajo sobre El verdugo, y él me pidió que se lo enviase pero no lo hice», dice este profesor de Literatura.

Especialista mundial

«Berlanga sigue y seguirá vigente porque sus películas no son apologías ideológicas sino aproximaciones al ser humano, con todas sus contradicciones», añade Maximino Cacheiro, que antes de retirarse, fue profesor de Literatura Hispanoamericana en la Universidade de Vigo. Cacheiro, coruñés de nacimiento, tiene una importante producción poética, pero sobre todo ensayística. Fue la primera persona que realizó una monografía en castellano de Roland Barthes, es un reconocido especialista internacional en la obra del escritor cubano José Lezama Lima.

Antes de instalarse en Vigo, Maximino Cacheiro se vio obligado a vivir en el exilio francés y, posteriormente, venezolano.

Un grupo de exiliados visitó al director durante la filmación de «Tamaño natural»

«En el estudio, yo destacaba la contradicción que había en la película entre un objeto y lo que decían los personajes», afirma Maximino Cacheiro, para referirse a la tesis de su trabajo para la Universidad de París.

«Cómo se producía el gag; por ejemplo, una escena que prohibieron fue cuando va el verdugo cargado con los hierros del garrote vial y va haciendo ruido, hay un contraste con la situación dramática que está protagonizando; y es que él hace ese trabajo porque necesita vivir», afirma.

Maximino Cacheiro recuerda que en el extranjero se identificaba a Franco con el verdugo, aunque cuando se estrenó en Venecia, algunos anarquistas protestasen porque decían que la película era una apología del franquismo. «No era así, Franco llegó a decir de Berlanga que no era comunista sino algo mucho peor, un mal español».

Se da la circunstancia que Berlanga fue uno de los voluntarios de la División Azul, la unidad que envió Franco a luchar contra la URSS. «No le quedó otra porque su padre estaba amenazado».