José Luis Vázquez sigue la tradición familiar en una pequeña tienda de más de medio siglo
21 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Para muchas cosas de las que se echan de menos mientras la ciudad crece, O Calvario sigue siendo un barrio como los de antes, donde la gente se conoce y se saluda, y se para a charlar con los vecinos. Lo mismo ocurre en muchas de sus tiendas de estilo tradicional que aún resisten el duro embate de las áreas comerciales. Una de ellas es El Paraíso, una minúscula tienda donde caben apretujados no más de seis o siete clientes, pero que sigue al lado del mercado de abastos con el mismo espíritu que cuando se fundó. «La cogieron mis padres en 1955 pero ya la tenía un tío mío desde 30 años antes -recuerda José Luis Vázquez Losada-, pero ya era antes un establecimiento de comestibles», cuenta, mientras enseña una foto antigua en la que se ve a unas mujeres frente al local que a principios de siglo se llamaba La Sultana, como se aprecia en la foto de 1925.
«Puede que sea la tienda más antigua que queda en Vigo. Antes estaban La Torrefacción, Las Colonias, Ricardo Costas, España y sus Colonias..., pero ya no queda ninguna de ellas», indica.
José Luis se impregnó desde que era un crío del ambiente de la tienda junto a su padre, Jesús, originario de San Esteban de Ribas de Sil, y su madre, Paquita, nacida en Trives. Juntos cumplieron más de medio siglo al frente del negocio. «Ella tiene 83 años y lo dejó al morir mi padre, que si no, aún seguía», asegura mientras recuerda cómo cambió la vida en la zona, porque el tendero fue testigo de la transformación de los negocios y de cómo cambio el bullicio del tráfico por el de los vecinos que tomaron Urzaiz con la primera gran peatonalización de Vigo.
Ahora aún conservan clientes que tenían desde hace décadas, pero reconoce que «la cosa cambió. Antes la gente venía desde Peinador, de Candeán, de Mos... y hacían la compra para toda la semana. Ahora les cuesta acercarse porque, por ejemplo, señoras mayores que venían a por una hoja de bacalao o un jamón ¿ahora qué hacen? ¿Cargan con más de 10 kilos de compra hasta un párking?
A Ourense en sidecar
El comerciante cuenta que cuando tenía 6 o 7 años, «iba con mi tío a buscar los jamones por Ourense con una moto con sidecar y después volvíamos y los traíamos en una camioneta». El Paraíso se especializó desde sus inicios en los derivados del cerdo y el bacalao. Su denominación original era, y sigue siendo, la de salchichería, «que es un concepto que ha desaparecido», apunta, pero poco a poco fueron añadiendo otros artículos de alimentación. La tienda compite con las grandes superficies con calidad seleccionada como antaño, apostando por los productos gallegos, y otros difíciles de encontrar en el mercado, como pasas de racimo de Málaga, los afamados higos secos de Almoharín (Extremadura), bacalao de Noruega, manteca o cascarilla, «que ya no se produce, pero a mí me la hace de favor un señor de Ourense que tiene una fábrica de chocolate».
José Luis relevó a sus padres y cuando se casó, se incorporó también al negocio su mujer, Teresa. Por ahora, su único hijo no está por la labor de seguir la tradición, «pero es que solo tiene 17 años, está estudiando y va muy bien, pero nunca se sabe...».
Los Vázquez han sido una gran familia implicada en el mismo gremio y llegaron a regentar cuatro despachos. «Varios hermanos de mi padre tuvieron jamonerías, como mi tío Antonio Vázquez, que fue presidente del Real Club Celta. Sus padres eran los dueños de O Noso País, frente al Hotel Lisboa. Otro suministraba a barcos y Antonio tenía un puesto en la plaza. Es con el que yo iba de niño y el único que queda vivo. Tiene 102 años y está como una rosa», afirma.
Por otra parte, además de disfrutar con su oficio, José Luis es un forofo del equipo de su ciudad, el Real Club Celta. «Soy socio desde que tenía 7 años», y presume, por otra parte, de ser de los pocos que ha viajado por toda Europa siguiendo al equipo de sus amores cuando jugó la Uefa.