El proyecto prevé piezas para varias industrias y un centro de I+D
17 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.En el puzle para sacar adelante la fábrica armas solo faltaría encajar una pieza: la decisión de la Xunta. El resto de implicados parecen estar de acuerdo. Las conversaciones continuaron ayer. Como telón de fondo, una pregunta: ¿Qué se va hacer en la fábrica de armas? David Carro, director del grupo IFFE, que presentó el único proyecto, lo explica así: «Lo que se venía haciendo se seguirá haciendo, son piezas para la industria de Defensa. Y además algo a lo que cabe aspirar es a hacer una integración vertical de producto que permita retener más valor añadido en el centro de A Coruña».
¿Trabajarían solo para la industria de Defensa?
Los responsables del proyecto destacan «todo el talento, todas las cosas que era capaz de hacer en la fábrica, y por eso hemos llegado al acuerdo social con los trabajadores». Proponen que «además de la actividad histórica de producción para industria de Defensa seamos capaces de producir para otras industrias avanzadas como la aeronáutica, la aeroespacial o la de automoción». La razón está en que «al final, la fábrica es un taller de mecanizados complejos, se hacen piezas que no todos los talleres de mecanizado son capaces de hacer, y por eso el cliente objetivo son esas industrias avanzadas que están deslocalizadas y se mueven a nivel global».
¿Ocuparán todos los edificios de la fábrica?
La carga inicial de trabajo «no justifica usarlos todos pero el nivel de crecimiento contemplado sí hace necesario tenerlos disponibles, mantener la actividad en los edificios», sostiene Carro. Y es que la intención es dotar a las instalaciones de un departamento de I+D «que requiere espacio para la ubicación de nuevos profesionales, es algo que no tenía la fábrica».
¿A cuanto asciende la inversión económica?
Según David Carro, «hay inversión en forma de maquinaria, en forma de salarios de los trabajadores al servicio de la fábrica asumidos por el grupo IFFE; hay capital propio aportado por grupo IFFE, que va a ser inversión directa, y hay apoyo financiero de la Administración pública. Ponerle ahora una cifra exacta no sería oportuno porque es una de las cosas que se está concretando. De todos modos, son cifras absolutamente reducidas respecto a lo que ha podido ser el apoyo financiero en fases anteriores de la fábrica de armas. Es un proyecto razonable, coherente con los tiempos que vivimos, que soluciona el problema de los trabajadores encerrados y evita que desaparezca una actividad industrial que no sobra».
¿Habrá nueva dirección?
«Vamos aportar un equipo directivo propio», anuncia Carro. Y detalla: «Como ha trascendido estamos en el equipo con gente como Blas Calzada y profesionales de Stanford que han trabajado para la industria de defensa americana durante los últimos 40 años, que han trabajado en el ámbito de materiales, del I+D».
¿Cuando comenzaría la actividad?
General Dynamics tiene un calendario cerrado que marca los tiempos del resto de los implicados. En el caso de que el proyecto sea aceptado «tenemos que empezar ya el trasvase de la actividad, coordinadamente con ellos, porque ellos también necesitan el tiempo para finalizar su proceso de reversión, no tienen tiempo material. Es una realidad objetiva», sostiene Carro. El plazo es el próximo mes de octubre, «pero para ello, con carácter inminente, se tiene que confirmar ese trasvase y comunicarlo a General Dynamics», puntualiza.
¿Volvería a funcionar la fábrica en octubre?
«Siendo realistas, hay que decir que igual que General Dynamics necesita un tiempo de salida, nosotros necesitamos un tiempo de entrada», explica Carro. El plazo «sería desde octubre y empezaría a operar máximo a finales de año o principios del 2014. Para que eso suceda tiene que ser efectivo el trasvase y hay un calendario que finaliza en octubre».