El premio Planeta, el mejor dotado económicamente del mundo tras el Nobel, se otorga cada 15 de octubre desde 1952 a una novela concebida para adultos, pero bastantes de los premiados y finalistas han escrito también para niños y jóvenes.
¿Incursiones esporádicas? ¿Simple casualidad? ¿Vocación? ¿Márketing editorial? También podemos pensar que la LIJ ha dejado de ser la hermana menor y aparca por fin su invisibilidad. El caso es que la finalista de este año con «El buen hijo», Ángeles González-Sinde (1965), exministra de Cultura, recibió en el 2006 el premio Edebé de literatura infantil por «Rosanda y el arte de birli birloque».
n Empecemos por los más vocacionales siguiendo un orden cronológico. Ana María Matute (1925), premiada en 1954 por «Pequeño teatro», es una autora ya clásica en el mundo de las letras españolas y también la autora española más importante de la LIJ. Destacan obras como «El saltamontes verde», «Paulina» o «El polizón del Ulises» (con versión cinematográfica). Trata el mito de la eterna infancia y los protagonistas desamparados en un ambiente hostil, al igual que en sus obras para los mayores.
n En 1956 se premió la obra «El desconocido», de Carmen Kurtz (Carmen de Rafael Marés, 1911-1999), otra gran desconocida de las letras infantiles. Cabe reseñar libros tan bellos como «Veva», «Fanfamús» o «Chepita» o la en su tiempo conocida serie «Óscar.
n José Luis Olaizola (1927), premiado en 1983 por «La guerra del general Escobar», tiene también una vasta producción para jóvenes en la que destacan «La paloma azul» (llevada al cine), o «El vendedor de noticias». Introduce el idealismo en la LIJ, por la esperanza en un mundo mejor y la confianza en la bondad.
n Carmen de Posadas Mañé (1953), uruguaya que recibió el Planeta en 1998 por «Pequeñas infamias», es autora asimismo de varios libros infantiles como «Kiwi», «El señor del Viento Norte» o «Dorilda y Pancho».
n En el 2003 ganó Antonio Skármeta (1940), por «El baile de la Victoria». Tiene cuatro títulos juveniles: «La composición», «Insomnio», «Chispas» y «Galletas chinas».
n Lorenzo Silva (1966), galardonado en el 2012 por «La marca del meridiano» escribió para adolescentes «La lluvia de París», «Los amores lunáticos» o «Laura y el corazón de las cosas».
n Juan José Millás (1946), premiado en el 2007 por «El mundo», es autor de dos libros para lectores a partir de 13 años, «Cuentos a la intemperie» y «Papel mojado», y de otro para lectores de a partir de los 10: «Números pares, impares e idiotas», trece cuentos con ilustraciones de Forges.
OTROS FINALISTAS
Curiosamente, tal vez sea entre los finalistas donde más vocación por escribir para jóvenes se ha despertado.
n Por ejemplo, la cubana exiliada en EE.UU. Hilda Perera Soto (1926) tiene una obra infantil numerosa. Sus «Cuentos de Apolo», escritos a los 17 años, son un referente con su tono poético que recuerda a «Platero y yo».
n Marta Rivera de la Cruz (1970) publicó dos obras para adolescentes y un ensayo para niños: «Ellas hicieron historia. Mujeres admirables».
n Emilio Calderón (1960) escribió hasta el momento seis novelas para adultos y 14 para jóvenes, alternando en estas temas históricos y misterio.
n Angela Vallvey (1964) tiene tres novelas juveniles. «Donde todos somos John Wayne», «Kippel y la mirada eléctrica» y «Vida sentimental de Bugs Bunny».
n Fernando Savater (1947) escribió para lectores a partir de los 9 años «A rienda suelta», donde da rienda suelta a su pasión por la hípica mezclando realismo y fantasía.
n Ángeles Caso (1959) es autora de «El verano de Lucky», publicado en Alfaguara en 1999, la historia de un perrito abandonado y adoptado por una familia.
Pero la lista no termina aquí. En ella están también Rodrigo Rubio, Jesús Fernández Santos, Cela, Eduardo Mendoza y Espido Freire, que ha escrito para lectores a partir de 12 años: «La última batalla de Vincavec el Bandido».
Los premios Planeta y la literatura infantil y juvenil