A punto de agotar los recursos

Fina Ulloa
Fina Ulloa OURENSE / LA VOZ

FIRMAS

La Voz de Galicia reunió a representantes de las entidades dedicadas a la ayuda social que analizaron en la redacción los problemas que afrontan en su asistencia a los ourensanos.
La Voz de Galicia reunió a representantes de las entidades dedicadas a la ayuda social que analizaron en la redacción los problemas que afrontan en su asistencia a los ourensanos. miguel villar< / span>

Las oenegés confían en aguantar, pero tendrán que hacer ajustes

23 mar 2014 . Actualizado a las 06:00 h.

Una de las principales preocupaciones de las entidades sociales que prestan auxilio a los ourensanos que peor lo están pasando es que se cumplan las predicciones de que, si bien Ourense tardó en notar la crisis, también tardará más que otras provincias, con mayor dinamismo económico e industrial, en recuperarse. Todos concuerdan en que el sobreesfuerzo que han supuesto, fundamentalmente, los tres últimos años les obligará a exprimir al máximo su imaginación para buscar nuevas vías de financiación y en que tendrán que seguir reajustando su actividad para hacer frente al futuro inmediato.

Cruz Roja

Cambios de estructura. Marisa López señala que en Cruz Roja se han hecho ya varios ajustes para adaptarse a la avalancha de demandas que se salían de lo que era su labor habitual. A pesar de haber conseguido nuevas líneas de financiación, como la de la Obra Social de La Caixa con la que se creó el Punto de Atención Inmediata, también se redireccionaron fondos pasándolos de programas con menos demanda o urgencia. «Creo que este año podremos sobrevivir, pero de seguir así, desde luego que tendríamos que tomar medidas un poco más drásticas. Muchas veces se nos plantea la necesidad de decidir y marcar un criterio que es complejo, porque las personas llegan incluso con problemas de salud, por la tensión y la ansiedad ante el riesgo de perder la vivienda; o porque no tienen nada que darles a sus niños el fin de semana. ¿Qué puedes hacer? ¿Intentar ayudar un poco a más personas, intentar ayudar más intensamente a menos personas para que tengan más posibilidades de salir del hoyo? Son decisiones muy complejas porque el caso es que los recursos no llegan para todos».

cáritas

Búsqueda de otras vías. Ángel Feijoo asegura que es obvio que los canales de financiación habitual se han estancado y que la solución es abrir nuevas vías. «Tenemos mucho por delante y hay mucha gente en el túnel. Difícilmente saldremos a través de una industrialización que no se hizo en su momento. Habrá que buscar otro tipo de bienestar; otro tipo de sociedad, donde se desarrolle lo que tenemos. Y lo que tenemos es rural, no nos equivoquemos. Se habla mucho del termalismo, y seguro que algo de riqueza ha generado o genera, pero hay que explotar el resto de recursos». A pesar de que la entidad soporta uno de los mayores porcentajes de incremento de usuarios entre las oenegés, aguanta el tirón. «Cáritas se nutre mucho con fondos propios y la capilaridad de las parroquias nos permite llegar a mucha gente. De todas formas es muy curioso: los fondos públicos han bajado, pero todos manejamos más presupuesto porque, por lo menos las entidades privadas nos hemos tenido que buscar la vida para llegar a más gente y afortunadamente la solidaridad ciudadana ha crecido», señala.

Banco de Alimentos

Menos fondos europeos. Una de las principales preocupaciones en el Banco de Alimentos es que las ayudas que proceden de excedentes europeos sigan descendiendo y abran más la brecha entre la demanda creciente y la disponibilidad de fondos. «Nuestro peor quebradero de cabeza es que hemos tenido que enfrentarnos a una caída constante en esos excedentes y aunque afortunadamente la solidaridad local se ha multiplicado por cinco en las campañas de captación que hacemos en Ourense, estamos hablando de muchas toneladas de merma», explica Cecilio Santalices. En el año 2010 llegaron al Banco de Alimentos de Ourense 750 toneladas de alimentos procedentes de esos excedentes comunitarios. En 2013 no alcanzaron a las 200 toneladas y parte de ellas se recibieron en ya en este 2014. «Tenemos claro que vamos a trabajar con el objetivo más pesimista del mundo, para conseguir no caer en el desabastecimiento».