Pablo Otero asegura que el mejor trabajo siempre es el último
06 ago 2015 . Actualizado a las 19:01 h.
¿Un comentario sobre tu trabajo que te haya gustado?
Un profesor de la facultad me dijo una vez que todo lo que yo hacía no se sostenía en la realidad.
¿Definición de ilustración?
Siempre me gustó la alusión que hace el diccionario, ese arrimar luz a donde no la hay.
¿Qué obra de arte salvarías de un incendio?
No sé qué contestar. Quizá el Rapto de Proserpina de Bernini pese demasiado. Además, luego tendría que explicar qué hacía en el salón de casa. Sin embargo, los Patinadores sobre hielo de Brueghel caben debajo del brazo.
¿De qué trabajo tuyo te sientes más orgulloso?
Posiblemente del último, ese que se va construyendo en silencio en la cabeza de uno.
¿Es la ilustración un arte digno de estar en un museo?
Por supuesto, como cualquier otro refinamiento de la cultura.
¿Qué es más importante: el dibujo o la idea?
Un buen equilibrio entre estas dos potencias es lo deseable según el canon clásico, pero no estoy seguro de que la belleza resida exclusivamente en esa armonía.
¿Una escena de una película?
Me gusta el comienzo de Mi tío, de Tati. Con todos esos perrillos recorriendo el barrio del protagonista, y de fondo, esa música tan llena de melancolía.
¿Un ilustrador emergente al que seguir la pista?
Miguel Robledo.
¿Un ilustrador olvidado?
Quizá lo somos un poco todos.