Los Hombres G están preparando un nuevo álbum que marcará su antes y después. Para cocinarlo David Summers está usando los ingredientes del éxito que presenta en su libro, que figura ya entre los más vendidos
16 nov 2017 . Actualizado a las 17:19 h.Para David Summers (1964), ser artista es el mejor trabajo que existe. Pero tras 30 años de carrera, y con un nuevo disco en marcha, ha hecho un alto y ha recogido en el libro Hoy me he levantado dando un salto mortal (Alienta) sus secretos para conseguir el éxito en lo personal y lo profesional. Este no es un libro de management ni autoayuda, o sí, porque podría serlo ya que a través de anécdotas con los Hombres G, su líder da pautas para convertir la paja en oro a través del esfuerzo y el trabajo en equipo.
-¿Por qué ahora un libro?
-Quiero aclarar que yo no quiero dar consejos a nadie, solo a mis hijos y ellos nunca me hacen caso. Tampoco me siento ni lo suficientemente mayor para hacerlo, pero son 30 años de profesión, lo bastante para haber recogido las suficientes experiencias para que puedan disfrutar otros. Yo cuento las cosas como las he hecho, según me han venido, porque nunca he tenido una estrategia ni la tengo ahora. Estoy de gira permanentemente, tocando sin parar y estamos preparando nuevo disco por lo que he tenido que sacar tiempo, pero me ha encantado escribirlo.
-¿Qué va a tener este nuevo álbum?
-Creo que es el disco mejor que vamos a hacer en la vida. Saldrá a principios de año. Es muy musical, con muchos arreglos, cuerdas y metales. Estamos trabajando armonías nuevas, pasos de jazz, movimientos musicales que no habíamos tratado antes. Antes éramos más románticos, más rock and roll, más pop, y ahora estamos haciendo cosas que nos va a costar más tocar en directo. Todo va a sonar a Hombres G pero más adultos musicalmente.
-¿Va a marcar el antes y el después de Hombres G?
-Hemos trabajado mucho y yo llevo componiendo las canciones desde 2014 porque es el momento de dar un paso adelante para no quedarnos solamente en la leyenda de Sufre mamón y Venecia, y para crear un nuevo punto de partida para hacer nuevas cosas. Este momento es clave y, como pasó con Lo noto, es necesario hacer un esfuerzo para hacer un disco muy bonito y muy especial para nuestros fans.
-¿Os habéis tenido que defender demasiadas veces de hacer una música fácil?
-Nosotros hacemos canciones aparentemente sencillas, pero eso no es nada fácil. Es más, está al alcance de muy pocos. Componer una canción con tres acordes y una melodía bonita para que te parta el corazón no sabe hacerlo nadie. Y cuando me dicen que mis canciones son muy sencillas les digo: hazlas tú.
-«Historia del bikini», que salió en 1993, sirvió para retiraros y parar diez años. ¿Qué os hizo volver?
-Historia del bikini fue el último disco de la primera etapa y vendió un poco menos. Además, fueron años muy intensos de Hombres G y estábamos muy cansados de la marca, nos estaba encarcelando nuestro propio estilo y decidimos parar para pensar. Y a los diez años, en el 2002, nos llamaron para hacer una gira en México, nos lo pasamos tan bien que decidimos volver y repetirla en España. Y a partir de ahí sacamos Lo noto, y otra vez nos colocó en la mesa de póker y con buenas cartas.
-Tenéis una gira con Taburete, el grupo de moda entre los jóvenes, y con los argentinos Enanitos Verdes. ¿Es una fórmula para seguir ligados al presente y no solo al pasado de los Hombres G?
-Se trata de hacer algo distinto para el público y también para nosotros. Las nuevas experiencias nos interesan. En el caso de Taburete, no los conocíamos personalmente. Ellos eran muy fans nuestros y nos llamaron, y como nos parecieron majísimos está resultando muy fácil trabajar con ellos. Ya son como mis hijos porque todo lo que les digo, me hacen caso; ellos están empezando y yo debería haber terminado hace tiempo [risas].
-¿Te sientes respetado como artista?
-Sí, pero tampoco me preocupa mucho. Me piden muchas canciones. Quizás porque soy mayor, ya tengo el pelo blanco y me respetan [risas].
-Has compuesto temas para otros artistas, como «Te dejé marchar» para Luz Casal. Esta faceta tuya es menos conocida.
-A Luz le hice tres o cuatro canciones. Y he compuesto más para otros artistas, algunos mexicanos. Pero ahora componer para otros es un negocio tonto porque no se venden discos. A mí, más que cantar y tocar, lo que más me gusta es escribir canciones.
-¿Qué sientes al unir a tres generaciones en el escenario?
-Me siento muy agradecido porque es una sorpresa inesperada. Nosotros jamás en la vida pensábamos que íbamos a trascender tanto y que íbamos a llegar a niños; como el otro día en el concierto que había una niña con un cartel que ponía: «Tengo seis años y me encantáis [risas]». Y eso me ilusiona porque me entusiasman los críos. Porque cuando un grupo te vuela la cabeza con seis años, va a estar contigo toda tu vida.
-¿Cómo se convierte la paja en oro?
-Yo sigo creyendo en la ecuación calidad igual a éxito. Apuesto por la belleza, por las canciones sencillas pero muy bonitas, especiales. Y haciendo las cosas bien tienen que funcionar. Todo es producto de una gran dedicación que, en mi caso, no ha sido un engorro, porque me encanta lo que hago y echo muchas horas, por eso mi mujer está de mí hasta arriba. Dice que estoy obsesionado con lo mío y que no hago caso a la familia, pero los grandes artistas se obsesionan con su trabajo.
-Tú también dejas claro que eres un tío con suerte.
-Claro que sí. Yo estoy muy agradecido. Tendría que tener varias vidas más para agradecérselo a toda la gente y al público, que es el que te mantiene, y a mi padre el primero que me enseñó casi todo. También lo que soy es gracias a los Hombres G, que son amigos míos desde que éramos casi niños, por eso siempre hemos sido más un grupo de amigos que un grupo musical. Y aunque no somos el mejor grupo de España, somos de los mejores del mundo porque hay muy pocos que transmitan esa energía y esa felicidad que nos produce estar juntos.
-Y además de tener suerte, y con la suerte de tener principios. En estos tiempos que corren, te has atrevido a declarar eso...
-Yo creo que es muy importante tener principios y tener unos parámetros de vida basados en la bondad y en la empatía con los demás pero no saltárselos. Si eres buena gente y te rodeas de gente que está a gusto contigo y es feliz, todo es mucho más fácil. Tengo claro que en la vida me voy a doblegar ante nadie. Y eso lo llevo a rajatabla. Porque cuando hay una primera vez, viene una segunda y ya te manchaste.
-¿Y de joven tenías esto tan claro?
-Tenía a mi padre. Me daba muy buenos consejos y me hacía tener siempre los pies en la tierra. Y fue él quien me enseñó a comportarme con los demás, a tener don de gentes desde jovencito.
-¿Se hereda la genialidad?
-Claro que sí. Y sobre todo se hereda por el entorno en el que vives. Aunque entre los Summers hay más artistas. Para mí, mi padre era un genio absoluto, una máquina de pensar, de creatividad, de alegría. Nos inundó siempre de arte: nos aconsejó leer mucho y casi nos obligaba a ver las mejores películas. Y ese entorno lo tienen hoy mis hijos. En mi casa la música está presente todo el día, cada uno escuchando una música diferente a todo volumen, algo muy desagradable [risas].
-¿Ves a tus hijos dedicándose a esto?
-Estoy convencido de que Dani, con 17 años, dentro de un par va a ser un buen músico. Ya toca muy bien la guitarra y no tiene miedo a subir conmigo al escenario. Aunque haya 10.000 personas le da igual. Lucía es la melliza de Dani y canta fenomenal. Le gusta componer canciones en inglés, aunque yo le digo que tiene que escribirlas en español.
-Comentas que hay estilos que nunca tocarías ¿así que con un reguetón no te atreverías?
-No, no. Yo respeto todos los géneros, pero no me gusta el terrorismo musical creado por esa gente que piensa que el público es tonto y hace una porquería de producto pensando que la gente va a picar: como puede ser hacer que un torero grabe un disco. Eso de que la música es algo que puede hacer cualquiera no lo entiendo.
Es el momento de dar un paso adelante y no quedarnos en leyenda”
AUTOR
DAVID SUMMERS
EDITORIAL
ALIENTA