El falso «true crime», finalista al Man Booker, cabalga entre géneros con un único compromiso, la verdad, si es que existe
18 ene 2020 . Actualizado a las 00:52 h.Esta no es una novela negra al uso, pero trata sobre un crimen. Tampoco una historia de denuncia propiamente, aunque retrata los abusos que sufrían los campesinos más pobres, los que ni siquiera poseían la tierra que labraban. Y no sería exacto enmarcarla dentro de los dramas de época, pese a su retrato social de la Escocia rural de mediados del siglo XIX. ¿Un thriller psicológico? ¿Una historia basada en hechos reales? La particularidad y grandeza de Un plan sangriento (Impedimenta, 2019) reside en su carácter camaleónico, en su capacidad de residir en los vértices de los géneros. Tal vez esta falta de encasillamiento fue la que catapultó a su autor, Graeme Macrae Burnet, un veterano pero también desconocido profesor, periodista y escritor escocés, a lo más alto como finalista del Man Booker Prize en el 2016, uno de los premios literarios más importantes en lengua inglesa. El libro ha sido traducido a más de 20 idiomas.
El juego literario de Graeme
De la mano del sello Impedimenta podemos leer ahora en castellano este falso true crime. Y es importante subrayar lo de falso, porque His Bloody Project, su título original, es también un juego literario que arranca en el propio prólogo. «En la primavera de 2014 me embarqué en el proyecto de escarbar un poco en la vida de mi abuelo [...]. Fue en el curso de mis indagaciones en el Highland Archive Centre de Inverness cuando me topé con una serie de recortes de prensa referidos al juicio de Roderick Macrae, y cuando, con la ayuda de la Anne O'Hanlon, la archivera, descubrí el manuscrito del que se compone la mayor parte de este volumen».
La verosimilitud de los hechos descritos conduce continuamente al despiste. El presunto culpable, un joven de 17 años que comparte apellido con el autor, Macrae, deja por escrito en su celda, y con sumo detalle, los desencadenantes que condujeron a su salvaje triple crimen. Unos apuntes a los que Graeme, explica en el preámbulo, llega buceando en la biblioteca.
El descubrimiento espantoso sobre su supuesto antepasado hace que profundice más en el caso y rescate de los anaqueles recortes de prensa, informes forenses y hasta las memorias del médico y precursor de la medicina forense J. Bruce Thomson. Si buscamos en Google, comprobamos que efectivamente Thomson existió y fue una eminencia en su campo, a pesar de sus posicionamientos racistas y clasistas. ¿Pasa lo mismo con el resto de la trama?
La precisión en el lenguaje judicial y periodístico, el paisaje de las Tierras Altas que se tocan a través de las palabras de Roddy Macrae, el realismo de los escenarios y la autenticidad de los personajes hacen que el espectador se olvide del aviso de «falso» y sienta que está ante la crónica de un aterrador plan, pero también de una injusticia.
Descubrí el manuscrito del que se compone la mayor parte de este volumen
¿Quién fue Roderick Macrae?
«Escribo esto a instancias de mi abogado, el señor Andrew Sinclair, quien, desde que me encarcelaron aquí, en Inverness, me ha tratado con un grado de cortesía que no merezco en modo alguno. Mi vida ha sido breve y de escasa consecuencia, y no es mi deseo eximirme de la responsabilidad de los actos que recientemente he cometido». Cuando empezamos la novela sabemos que a Roddy le espera un destino negro: la horca.
Ha matado a tres vecinos de una forma terrible pero, a medida que avanzamos en su testimonio, la primera parte del libro, el personaje no parece un monstruo. Tras la muerte de su madre mientras esta daba a luz a dos gemelos, Roddy vive con su hermana, Jetta, los dos bebés y su padre, un campesino gris y amargado que le propina palizas de forma periódica. Encima, el alguacil que vigila las tierras del feudal que trabajan es un esbirro que confabula contra ellos para adueñarse de su parcela. Él, Lachlan Broad, es una de las tres víctimas. Podemos llegar a entenderlo, pero ¿quiénes son las otras dos?
La dureza del trabajo extremo en un aldea alejada de todo, Culduie, en las Highlands, hoy a cinco horas y media en coche de Glasgow y a otras tantas de Edimburgo, condiciona el paisaje y a su comunidad, encerrada en un universo opresivo, lleno de rencores y pasiones, donde se puede soñar con un futuro. Es 1869.
Reinaba una sensación de miedo en general, como si todos fuéramos muy conscientes de que los acontecimientos pronto llegarían a su desenlace
Cuando Roddy concluye su testimonio, con sus terroríficos actos a sangre fría, asaltan las dudas. Inmediatamente, la trama continúa en forma de informe pericial, el firmado por el doctor Thomson, y, después, prosigue con el juicio, donde conocemos el punto de vista de los vecinos por sus testificaciones (el efecto Rashomon: diferentes versiones sobre un mismo suceso) que vuelven a descolocar al lector. «One man can no more see inside the mind of another man than he can see inside a stone», dice el padre de Roddy. Algo así como que no podemos saber de la mente de otro más de lo que podemos ver dentro de una piedra.
La verdad y sus diferentes caras planean sobre una trama que incluye sorpresa al final. «Reinaba una sensación de miedo en general, como si todos fuéramos muy conscientes de que los acontecimientos pronto llegarían a su desenlace». Un plan sangriento es, en palabras de su autor, «una novela sobre un crimen, más que una novela policial», donde los hechos pueden ser inventados, pero tampoco importa, porque son creíbles.
No podemos saber de la mente de otro más de lo que podemos ver dentro de una piedra
«UN PLAN SANGRIENTO»
Graeme Macrae Burnet
EDITORIAL impedimenta
PÁGINAS 384
PRECIO 22,80