Baz Luhrmann revive al rey del rock cuando se cumplen los 45 años de su muerte
01 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Parece que la banda sonora de este verano la va a poner Elvis Presley. Y todo por obra y gracia de Baz Luhrmann y su remilgada película sobre el rey del rock. Si hacemos caso a cómo suelen funcionar este tipo de historias —con Hollywood elaborando un homenaje audiovisual que ponga de nuevo de relieve la grandeza del mito y, de paso, recupere su jugoso cancionero para las nuevas generaciones—, me temo que nos va a salir Elvis por las orejas, como nos salió hace unos años Queen. Y, además, este verano se cumplen 45 años de su muerte. Todas las excusas son válidas y propicias. Pero, por otro lado, Baz Luhrmann es bastante dado a llevar todo hacia la astracanada y no muestra reparo ni vergüenza a la hora de hacer peligrosas mezclas en sus bandas sonoras. Así que nos asomamos con miedo a la música de este biopic para descubrir qué es exactamente lo que nos va a tocar escuchar. Y la cosa tiene su riesgo. Por un lado se ha respetado una base de clásicos del repertorio de Elvis sin adulterar, pero por otro se ha permitido la licencia de añadirle ecos a la intro vocal de Suspicious Minds (se ve que la original no era lo suficientemente épica), además de las mezclas, en el sentido más amplio del término, que contiene el disco: Stuart Price lleva I Got a Feelin' in my Body al terreno disco, igual que hacen PNAU con Suspicious Minds, mientras que Jack White recrudece el blues Power of my Love y Tame Impala le dan un toque psicodélico a Edge of Reality. Después vienen las versiones, más o menos afortunadas, de clásicos como Can't Help Falling in Love —a cargo de una lánguida Kacey Musgraves, muy del estilo de ese programa en que la gente va a casa de Bertín Osborne a hacerle la cena— o, por supuesto, el If I Can Dream de los eurovisivos Maneskin, que ya está sonando por todos lados. La banda sonora se completa con voces como Doja Cat, Stevie Nicks con Chris Isaak o Eminem con CeeLo Green, entre otros.