Tras un verano con una programación musical desaforada, que en algunos casos está pasando factura, las salas recobran el pulso y asumen el protagonismo en cuanto a música en directo
20 oct 2022 . Actualizado a las 16:58 h.Han sido varios y de distinta índole los factores que convergieron para convertir el verano del 2022 en el más intenso de la historia en cuanto a programación musical en Galicia. Un sinfín de festivales, ciclos, fiestas patronales, gastronómicas y eventos de todo tipo se sucedían generando una oferta —o quizá sería mejor decir sobreoferta— de conciertos nunca antes vista. Entre tanto, las salas adormecían silenciosas y aletargadas, a puerta cerrada en muchos casos, a la espera del inicio de la temporada indoor. Un inicio que está resultando irregular, a tenor de lo que manifiestan sus responsables. En lo que hay unánime coincidencia es en la determinante influencia que este atípico verano está ejerciendo en sus programaciones. Las salas grandes se lamentan de que apenas cuentan con artistas en gira. «La mayor parte de los grupos han optado por descansar tras un verano frenético. Y los que giran lo hacen con unos cachés desorbitados», explica Luis Diz, propietario de las salas Pelícano e Inn Club, en A Coruña. Las salas pequeñas claman por la escasa respuesta de público a propuestas que no tienen a grandes nombres como protagonistas. «La gente ha quedado saturada de conciertos y con un poder adquisitivo muy mermado. Las salas somos las grandes perjudicadas del Xacobeo», comenta Marcos Rivas, propietario de la sala Karma, en Pontevedra.
Con mayores o menores dificultades, la temporada de conciertos en salas ya ha echado a andar en Galicia y casi todas cuentan con la programación cerrada hasta final de año. Algunas, incluso, hasta varios meses después.
MALATESTA (SANTIAGO)
La sala compostelana Malatesta tiene el cartel de actuaciones cerrado prácticamente hasta final de curso. «Lo que mejor nos funciona son los días que abrimos como club, las fiestas temáticas o los conciertos de rap, trap y música urbana. Los de rock, también los hacemos, pero ya es más complicado atraer a la gente», comenta su responsable Catuxa Irago. En su lista de directos figuran los de La Fuga (21/10), Ruxe Ruxe + Zënzar (22/10), el Galicia Metal Head (04-05/11), Sho-Hai (25/11) o Shego (02/12).
GARUFA (A CORUÑA)
De «muy inestable» tacha el inicio de temporada Pepe Doré, propietario del Garufa, una de las salas más veteranas de Galicia. «Saturar el mercado, como ha pasado este año, no es bueno. Provoca apatía en el público y los cachés se vuelven irreales respecto a lo que sería su precio de mercado», comenta. Además de sus bandas residentes —Garufa Blue Devils Big Band y Son de Camagüey—, la sala coruñesa recibirá en noviembre a Vargas Blues Band & John Byron Jagger (5), The Sadies (12), Clarence Bekker (18) y Los Hot Chocolates (25). Para diciembre, entre otros, espera a The Limboos (2), Tregua (9) y Los Deltonos (10).
LA FÁBRICA DE CHOCOLATE
«Estamos funcionando mejor de lo que esperábamos. Ya lo íbamos necesitando», confiesa Marcos Vázquez, responsable de la sala viguesa. Entre otros factores, Vázquez apunta a que muchos grupos gallegos, han ido retrasando este año sus lanzamientos y están haciendo ahora las presentaciones. Marcos defiende el papel de las salas como espacio para iniciar y consolidar proyectos. «La realidad de la música en Galicia no se mide en el Monte do Gozo. Se mide en las salas», indica. Por La Fábrica pasarán Maryland (21/10), Luis Fercán (29/10), The Rapants (16/12) o Tony Lomba y Elio dos Santos (29-30/12).
MARDI GRAS (A CORUÑA)
«Ha sido un inicio de temporada tibio, tirando a frío. El verano está pasando factura. Y a estas alturas casi podemos decir que aún no se ha acabado», comenta Tomi Legido, programador de la sala de Monte Alto. En su opinión, las salas medianas son las que más van a sufrir este año. «Las pequeñas cubren con los seguidores locales de los grupos y las grandes tienen el tirón del mainstream. El problema somos los que tenemos que meter 150 o 200 personas con grupos que son buenísimos pero que no son conocidos». En el caso de Mardi Gras, la apuesta es por bandas internacionales. De aquí a final de año recibirán la visita de los estadounidenses Jive Mother Mary y Bart Davenport, los británicos Booze & Glory y The Quireboys, los australianos The Meanies, los canadienses The Commoners y los brasileño-daneses The Courettes.
REBULLÓN (MOS)
No tiene ya sábados disponibles la Rebullón hasta el mes de abril. «Temos moitísimos grupos galegos que queren presentar en directo as súas producións», argumenta Cao, programador de la sala. Otra cosa bien distinta es la afluencia de público. «Está habendo bastante máis oferta que demanda». El cartel de lo que resta de año en la sala de Mos se centra en el metal y el punk, con citas como Putan Club + Lamprea Explosiva (21/10), Zetak + O Rabelo (11/11), Fear Of Missing Out (20/11) o Berto + Bulego (03/12).
PELÍCANO (A CORUÑA)
«Septiembre fue bueno y octubre está siendo espectacular», confiesa Luis Diz, responsable de Pelícano. Claro que habla de las fiestas y de la sala. En lo que respecta a los conciertos, la valoración ya cambia. «Nos está costando mucho programar porque el verano ha sido explosivo y los grupos están reseteando». A ello hay que añadir el desfase en los cachés. «Las agencias de management tienen que aterrizar. Este globo se tiene que desinflar. Las salas no somos las instituciones públicas». De momento, Pelícano tiene cerrados conciertos de Kaydy Kain (29/10), Rigoberta Bandini (3-4/11) y Frank Carter & The Rattlesnakes (25/11).
SÓNAR (SANTIAGO)
Como «muy intermitente», califica Miguel Lueiro, propietario de Sónar, el inicio de la temporada de conciertos en su local. «Hai días que semella que volveu todo á normalidade e outros que parece que volvemos á pandemia». Coincide Lueiro con Tomi Legido al apuntar que serán las salas de aforo medio «as que máis imos sufrir». Con todo, el responsable de la Sónar no desfallece y tiene prácticamente programados todos los fines de semana hasta fin de año con citas como Santero y Los Muchachos (21/10), Os Carismáticos (28/10), Ukestra do Medio (04/11), Dulzaro (05/11) o Los Jinetes del Trópico (03/12).
KARMA (PONTEVEDRA)
Lo tiene muy claro Marcos Rivas, propietario de Karma: «Las salas somos las grandes perjudicadas del Xacobeo». Hasta el punto de que en su caso ha decidido mantener de momento una programación de perfil bajo «a la espera de lo que suceda el año que viene». Sostiene Marcos Rivas que el personal «ha gastado en ocio este verano por encima de sus posibilidades y ahora nosotros pagamos las consecuencias». Aun así, la Karma mantiene en su cartel propuestas como Putan Club, Ángel Stanich, Corizonas, Apartamentos Acapulco o Dismal.
EL NÁUTICO (O GROVE)
Es la sala de San Vicente un caso atípico ya que su programación de conciertos se centra principalmente en el verano. El año pasado comenzó a programar también en otoño y en este renueva su apuesta. «Las sensaciones no son buenas. La venta de entradas va muy floja. Tuvimos que abortar Freedonia y a Zambujo lo hemos cambiado de fecha». En cualquier caso, añade, «esa es mi cara B. La A fue el verano, que fue extraordinario. Yo hablo desde el lado salvado de la barrera». El propietario del Náutico advierte que la situación puede derivar en tragedia. «Se están vendiendo la mitad de tiques que antes de la pandemia y los bolos rentables han migrado a festivales o a espacios y programaciones con apoyo institucional».