Eilen Jewell visita Galicia: «Soy una artesana folk, payasa y punki»

FUGAS

Beth Herzhaft

Aclamada como una de las voces más singulares y respetadas del nuevo folk nortamericano, el jueves 6 la artista actúa en la sala Capitol de Santiago

05 jun 2024 . Actualizado a las 22:26 h.

Sin llegar a alcanzar —ni lo pretende— la categoría de diva, Eilen Jewell (Idaho, 1979) es una eminencia en el folk norteamericano. Una artista que ha sido capaz de ganarse el respeto de los más grandes y de un público poco dado a las concesiones y a las frivolidades. Jewell llega el jueves día 6 a Santiago (sala Capitol) para presentar Get behind the Wheelel que dice que es el mejor álbum de su carrera. Un disco nacido de los momentos más duros de su vida.

—¿Qué vamos a ver y escuchar en Santiago?

—Tendréis muchas canciones de mi último álbum, Get Behind the Wheel, algunas viejas, algo de español entrecortado, algunas narraciones incoherentes y mucha diversión.

—Un periodista español te definió recientemente como «artesana del folk». ¿Te sientes identificada?

—Eso es muy bonito. No sé si me identifica exactamente, pero es una buena forma de explicar parte de lo que hago. Si utilizas la palabra folk en un sentido amplio, para incluir country, rock and roll, rockabilly, bluegrass, blues..., se acerca bastante. Pero también soy un poco payasa y a veces siento tanta angustia que creo que soy una punk rockera de corazón. Así que, artesana folklórica, payasa y punki propensa a sufrir crisis existenciales. ¡Ahora estoy identificada!

—Las fronteras entre los distintos géneros musicales son cada vez más difusas. ¿Es bueno para el folk que se diluyan y que la música se empape de otras influencias o, como género de raíz que es, debería mantenerse puro a su esencia?

—Una de las cosas brillantes de la música es que nunca permanece pura. Constantemente encuentra nuevos sonidos y nuevos pensamientos en la experiencia humana colectiva. No es estática. Y los músicos somos los mayores ladrones. Siempre estamos tomando prestadas melodías unos de otros, robando líneas e ideas, contando historias de otras personas... No pido que la música sea pura en el sentido de fiel a una forma establecida, porque no creo que eso sea posible. Sólo pido que sea buena.

—Que artistas de pop de mucho éxito, como Taylor Swift, se acerquen al country, ¿lo favorece o lo pervierte?

—En teoría, estaría bien. Un artista pop podría hacer música que vire hacia otro género y podría ser genial. Los Rolling Stones, por ejemplo, son una banda inglesa a la que le gusta hacer canciones de blues del sur de Estados Unidos y a mí me encantan. A veces, es en la intersección de partes aparentemente no relacionadas donde el mundo encuentra una nueva sensación de genialidad. Pero no creo que eso sea lo que está pasando en el caso que citas. No escucho ningún country verdadero en su música. Realmente, ni siquiera escucho nada particularmente musical. Pero, afortunadamente, hay muchas otras cosas que puedo escuchar.

—¿Te gustaría haber vivido en otro tiempo?

—Sabes, me he pasado casi toda mi vida creyendo que nací demasiado tarde. Siempre pensé que me habría encantado ser una flapper en los locos años veinte o una mujer pionera en el salvaje Oeste. Pero en estos últimos años me he dado cuenta de lo increíblemente afortunada que soy de estar viva en este momento de la historia. Es un gran lujo para mí tener el tiempo, la energía y los recursos para sentarme y reflexionar sobre preguntas como esta. Puedo votar. No morí al dar a luz. Mis necesidades básicas están cubiertas a pesar de no haber nacido en la nobleza. Puedo viajar por el mundo y cantar en un escenario, escalar montañas y pagar mis propios gastos. Recibí una educación decente, la mayor parte de la cual no me costó nada. Puedo leer cualquier libro que quiera y seguir ampliando mi mente... Mis antepasados, y pienso especialmente en mis abuelas, disfrutaron muy poco de la libertad que yo doy por sentada. Por supuesto, soy consciente de que hay muchas personas hoy en día que no comparten mi misma suerte y me duele que ese sea el caso. Pero esta libertad es en general un sello distintivo de las sociedades liberales modernas y un experimento relativamente nuevo. No es perfecto, pero ¿en qué otro momento de la historia una mujer habría sido capaz de hacer tanto? Estoy muy agradecida.

—¿Qué pueden hacer los músicos de folk para ser atractivos para las nuevas generaciones?

—Simplemente, seguir haciendo buena música. Me refiero a música honesta que evita clichés. Siempre habrá necesidad de una alternativa.

—Dices que has imitado a tus músicos favoritos desde muy joven. ¿Quiénes son?

—Amo a Bob Dylan. Él es una de las principales razones por las que me enamoré de la música. También tengo mucho respeto por Lucinda Williams, por mi amiga Zoe Muth, Lana Del Rey, un cantante canadiense llamado Leif Vollebekk... Supongo que se puede decir que en cierto modo los imito a todos. Me inspiran a seguir haciendo mejor música, que es algo que tiene influencia directa en mi sonido.

—Tu disco nació de un momento muy duro de tu vida. ¿Se compone de una manera muy diferente desde ese estado vital?

—Este álbum fue mucho más difícil de escribir porque sentí que en él estaba tomando mayores riesgos y abriendo mi corazón mucho más de lo que me había atrevido en discos anteriores. La pandemia y la pérdida personal que estaba atravesando en ese momento me enseñaron a no dar por sentado el mañana, así que de repente tuve la sensación de que había mucho más en juego. Pensé que podría ser mi última oportunidad de hacer el álbum que realmente quiero hacer. Así que había que hacerlo y tenía que hacerlo bien.

—¿A qué te agarraste cuando te asaltaron las ganas de dejarlo todo?

—A mi hija. Estoy pensando en una letra de Lucinda Williams que dice: «¿Eres lo suficientemente pesada como para hacer que me quede? Siento que podría volar...». Mi Mavis todavía es bastante pequeña, pero definitivamente pesa lo suficiente. Ella mantiene mis pies en la tierra.

—Ahora que estás «tras el volante», ¿adónde te diriges?

—¡Esa es la pregunta del millón! Recuperar mi vida, algo que en este momento yo siento como un logro tan monumental, es en realidad solo el comienzo. La mayor aventura, el territorio inexplorado que más me llama, está dentro. Todavía hay muchas cosas que no sé sobre mí. Estoy empezando a vivir de verdad.

  • SANTIAGO. SALA CAPITOL. JUEVES 6. 21.30 H. 18,70 EUROS