Llueve, siempre llueve en esta ciudad de jardines verticales. A la gente le preocupa el estado del patrimonio, pero a mí me gustan esas plantas que crecen en las grietas, son la metáfora perfecta de la vida, que se abre paso a pesar de todo, a pesar de los veranos que no llegan y de las esperanzas, que son grandes e inciertas. No sé qué piensan los turistas del verdor terrible de nuestras fachadas, para mí que no levantan mucho la vista y por eso preguntan todo el tiempo: «¿La catedral, la catedral?». Mientras, el edificio permanece impertérrito acumulando siglos y visitas y misas de tarde. El botafumeiro baila poco sobre los cielos del recinto sagrado y cuando salen de él, los caminantes, algo decepcionados y algo cansados, buscan alimento y reposo, a veces en plena calle. La ciudad mítica burbujea de latas de fabada y de calcetines agujereados y de chubasqueros amarillos que se esparcen como hojas secas empujados por el viento hasta los rincones. Tienden a arremolinarse en la puerta de La Tita, famoso en el mundo entero por su tapa de tortilla, hay más colas para franquear su quicio que para atravesar la puerta santa. No nos importan las esperas si se trata de hacer lo que hay que hacer, o sea, lo que hacen los demás, lo que hacemos todos, visitar al apóstol o comer pimientos en el lugar que indican las guías, ese y no otro. Los blogs son las nuevas tablas de Moisés, una ley divina que debemos seguir. Damos un poco de pena cuando nos convertimos en masa, pero tendemos a ella inexorablemente, solo los misántropos se resisten y de eso no tenemos, no es este un lugar para anacoretas, aunque a veces nos visiten las gaviotas que compiten con los gritos nocturnos y con los cánticos de los cristianos. Nos recuerdan que el mar no está tan lejos y que por allí llegaron las reliquias que adoramos.
A la ciudad milenaria todo le da igual, el impuesto al hospedado y la lluvia que no deja de caer. Ella sigue hierática y brumosa, con sus torres mirando al infinito y con sus cimientos abrazados a la tierra húmeda que nos espera a todos.