Áreas punteras como nanotecnología o biomedicina quedarán rezagadas en la carrera científica española Los especialistas creen que hay que priorizar la excelencia y los resultados.
07 nov 2004 . Actualizado a las 06:00 h.Galicia necesita, cuanto antes, un gran y ambicioso plan estratégico de la ciencia, y la garantía de los fondos adecuados para situarla al primer nivel nacional. Lo dice Felipe Casanueva Freijo, catedrático de Endocrinología de la Universidade de Santiago, y el científico gallego mas citado (el Massagué gallego), pero lo suscriben muchos colegas, resignados, al valorar la dotación de los Presupuestos Generales del Estado para el año que viene en el capítulo de Investigación y Desarollo (I+D). De los casi 5.000 millones de euros, un tercio va a parar al área militar, y la promesa de incremento del 25% del Gobieno se queda en la cuarta parte. Algunas áreas punteras de Galicia seguirán sufriendo un año más. Aunque elegir es renunciar, existen líneas de investigación que pueden perder la carrera nacional de la excelencia. Una de ellas es la biomedicina. Mientras en otras comunidades autónomas se crean centros de élite (Cataluña, Madrid, País Vasco, Navarra y otras), en Galicia ni siquiera hay visos de que vaya a ocurrir: «Llegará un momento en el que Galicia será una mancha negra para atraer a los mejores cerebros», se lamenta Casanueva, quien espera que sí exista un incremento gradual de la inversión. Comparativo La nanotecnología es otra puerta de futuro. Creada recientemente, la Rede Galega de Nanotecnoloxía es una nueva estrategia de futuro, pero los datos a los que se enfrenta no son precisamente nanóscópicos: el año pasado, Alemania invirtió 250 millones de euros en este campo; Francia, 180; Reino Unido, 130; Irlanda, 22. En España, la cifra fue de 1,5 millones. José Rivas Rey, catedrático de Electromagnetismo de la Universidade de Santiago y coordinador de esta Rede, cree que la opción gallega debe pasar por la asociacion de grupos multidisciplinares. El problema es la falta de medios, no tanto materiales como económicos, para contratar personal especializado. Javier Cudeiro, catedrático de Fisiología de la Universidade da Coruña, coincide. En su opinión, se necesitan fondos no ya para que Galicia y España se equiparen a otros países, sino para competir. Y, además de más dinero, lo que hace falta «es una mejor distribución que premie la excelencia investigadora, y acabar con una política extendida de café para todos». Considera que se deben tener en cuenta los resultados y, sobre todo, educar desde la base. Destaca el potencial científico gallego en áreas de ciencia básica, ingenierías, física o biología marina, entre otras y, en general, que el investigador español es «extraodinariamente valorado en el extranjero por su iniciativa y capacidad de trabajo». En Galicia, por cierto, trabajan 4.635 investigadores con dedicación plena, el 3,87% de la población activa, según datos de la Xunta, que se ha fijado retos ambiciosos, con generosas alzas en un plan inversor, para el año 2005.