Condenan a Pajuelo a más de nueve años de cárcel por intentar matar a un camarero

La Voz LA VOZ | PONTEVEDRA

GALICIA

03 ene 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

La Audiencia de Pontevedra acaba de condenar a Antolín Fernández Pajuelo, considerado todo un histórico del narcotráfico, por intentar acabar con la vida de Diego Martínez, un camarero de una discoteca de A Guarda, en un suceso ocurrido hace casi una década. De hecho, se le han impuesto ocho años por un homicidio en grado de tentativa, así como año y medio por tenencia ilícita de armas y otras dos condenas de arresto por un delito de amenazas y una falta de lesiones. En su sentencia, el tribunal no deja lugar a dudas. Aquel 15 de abril de 1995, poco después de la seis de la mañana y tras protestar por la falta de limpieza de la barra donde se servían consumiciones, Fernández Pajuelo sacó un revólver y apuntó a la cabeza del empleado. Éste optó por ocultarse, mientras que otros trabajadores se abalanzaban sobre el acusado para intentar sujetarle. Pajuelo logró zafarse de todos y, con el arma aún en las manos, vio cómo se le aproximaba Diego Martínez. El procesado no se lo pensó dos veces: extendió el brazo y disparó. Disparo a corta distancia Fue un tiro a muy corta distancia. La Audiencia considera que el propósito que guió a Fernández Pajuelo fue el de matar «o, cuanto menos, asumiendo conscientemente esa probabilidad». Martínez recibió el impacto de la bala en el hemotórax izquierdo, «del que cualquier persona conoce por elementales máximas de experiencia que allí anidan órganos vitales cuya lesión por disparo es normalmente letal». La sala considera el hecho de que Pajuelo hubiera huido tras efectuar el disparo una circunstancia que corrobora la tesis del intento de homicidio: no se paró a prestar auxilio a la víctima para así «evitar las consecuencias de una acción de evidente potencialidad». Precisamente, al abandonar precipitadamente la discoteca, el imputado se cruzó con un cliente, al que golpeó en la cabeza con la culata de un revólver para el que no tenía la correspondiente licencia. En la resolución, el tribunal rechaza que los cargos hubieran prescrito pese a haber trascurrido 9 años. Sostiene que tal dilación se debió a que Pajuelo se hallaba en situación de rebeldía, pues estuvo cumpliendo una condena en Portugal por el secuestro del cambadés José Luis Gómez Cores.