El botafumeiro no remonta el vuelo

La Voz MARGA MOSTEIRO

GALICIA

SANDRA ALONSO

01 jun 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

Los visitantes no podrán disfrutar del vuelo del botafumeiro, que fue suspendido por seguridad EL BOTAFUMEIRO de la catedral de Santiago no levanta vuelo desde el pasado 1 de mayo. La causa no es otra que el deterioro de la cuerda, que sujeta el incensario en su desplazamiento de un lado a otro de las naves laterales y que despierta la admiración de los asistentes. La maroma deteriorada, que soporta los ochenta kilos del botafumeiro, fue donada en el verano del 2004 por Pescanova, que ya había regalado seis años antes otra soga para sustituir la que fue capaz de aguantar los vaivenes durante veinte años. El deterioro de la maroma actual se produjo, según explicó José Fernández Lago, debido a que la cuerda era de un ancho mayor a la anterior, ya que se pensó que se deterioraría menos. Pero no se contó con que la argolla mantenía el mismo diámetro y, por tanto, el continuo rozamiento hizo que la soga se fuera gastando. Al igual que se hizo en 1999 y en el 2004, ahora se prefirió suspender el uso para evitar un accidente. Según fuentes de la catedral, la solución no se hará esperar muchos más días y, de hecho, se mantienen contactos con una empresa valenciana para sustituir con éxito la soga. El botafumeiro es uno de los símbolos de la catedral de Santiago. Su origen histórico se sitúa en 1554. Fue construido gracias a una ofrenda del rey Luis XI de Francia. El incensario original estaba elaborado en plata y fue robado por las tropas francesas en 1809 durante la Guerra de la Independencia. Después se sustituyó por uno de latón planteado. De origen litúrgico como todos los incensarios de iglesias, su tamaño es especialmente grande debido a la necesidad de que el incienso aliviara los olores de los innumerables peregrinos que acudían al templo. Ahora su misión poco tiene que ver con la idea originaria.