Propone corregir un problema que se agrava en una coyuntura de mayorías ajustadas
23 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.Es una medida justa, para que las diputadas con baja por maternidad puedan conciliar su embarazo con las obligaciones de su escaño, pero también necesaria, en un tiempo en el que las mayorías holgadas del fraguismo quedan cada vez más lejos y cada voto resulta decisivo en O Hórreo. La presidenta del Parlamento, Pilar Rojo, aprovechará hoy la reunión de la Mesa y la Xunta de Portavoces para presentar a los tres grupos su propuesta de reforma del reglamento para «superar situacións anacrónicas» y facilitar que las diputadas gallegas puedan compatibilizar su baja por maternidad o período de gestación con el ejercicio de sus derechos, por medio de la delegación del voto en otro compañero.
La iniciativa responde al compromiso que Rojo formuló en su discurso de apertura de la legislatura, el pasado 21 de abril, cuando subrayó la prioridad de «introducir medidas para que as deputadas embarazadas non vexan diminuídas as súas capacidades por regulacións anquilosadas». La presidenta de la Cámara contextualizó entonces la necesidad de esa reforma del reglamento en la existencia de precedentes que dejaron al descubierto un problema que otros parlamentos tienen resuelto desde hace años. «Non podemos tolerar que unha deputada vexa os seus dereitos constitucionais e parlamentarios negados polo feito de atoparse embarazada, como xa ocorreu nesta Cámara na pasada lexislatura», recordó. Aunque en la actualidad no consta ninguna situación de baja por este motivo, la privación de derechos que afecta a las diputadas embarazadas ya quedó en evidencia en la pasada legislatura. Amparo González, parlamentaria ourensana del PP, abrió el debate al reclamar una solución que le permitiera conciliar la baja por maternidad con las obligaciones de su escaño.
El propio Feijoo, entonces líder de la oposición, apremió a la socialista Dolores Villarino, predecesora de Rojo en la presidencia de la Cámara, a habilitar una fórmula para compatibilizar la maternidad con la actividad parlamentaria. Feijoo sugirió el voto telemático o la delegación, lo que avivó la necesidad de tocar el reglamento. Villarino, la primera mujer que presidió el Parlamento, mostró su disposición, pero la reforma reglamentaria no se puso en marcha.
El caso de Amparo González, que ya no está en el Grupo Popular, estuvo precedido en las mismas filas por los de Cristina Callejo y María Jesús Tapia. Pero la mayoría holgada de Fraga podía permitirse unas ausencias que ahora son peligrosas.