Rojo reúne en un almuerzo a los ex presidentes del Parlamento gallego para invocar la predisposición al consenso político
02 dic 2009 . Actualizado a las 02:44 h.Solo faltaron Tomás Pérez Vidal, por razones de agenda, y Antonio Rosón, el primer presidente del Parlamento gallego, fallecido en 1986. Los demás, acudieron todos. La presidenta de la Cámara, Pilar Rojo, reunió ayer a sus antecesores en un almuerzo privado, al que también acudieron los portavoces de los grupos políticos y los demás miembros de la Mesa del Parlamento.
El único pretexto de este encuentro era la cortesía, si bien Rojo aprovechó el acto para agradecer el trabajo realizado por los ex presidentes en favor del desarrollo de la comunidad, al tiempo que reivindicó, en una breve intervención, una «forma noble de facer política», basada en el sosiego, las buenas maneras y «os acordos construtivos que beneficien a todos os galegos». En el almuerzo se reunieron en realidad veinte años de poder legislativo, que son los que van desde Victorino Núñez, que accedió al cargo en 1989, hasta el puesto que ocupa actualmente Pilar Rojo, pasando por el conservador José María García Leira o la socialista Dolores Villarino.
Pero la reunión, que tuvo lugar en el comedor de la presidencia, situado en la segunda planta del Pazo do Hórreo, también sirvió para intercambiar anécdotas y recordar algunos de los pasajes más interesantes de los últimos 20 años de historia de la Cámara. El propio Victorino Núñez aludió a la época en que el hemiciclo era más plural, con cinco partidos representados, y a cuando el Grupo Mixto era una coctelera de siglas y de caracteres, pues en el mismo se sentaban tanto Beiras como Camilo Nogueira, que pusieron como condición tener varios escaños interpuestos entre ellos.
La crema de guisantes y el solomillo formaron parte del menú, aunque el secretario de la Cámara y portavoz de pesca del PP, José Manuel Balseiro, optó por la merluza con almejas.