El Gobierno central descarta su hasta ahora único proyecto de cofinanciación del Gaiás

M. Cheda SANTIAGO/LA VOZ.

GALICIA

La Xunta aún busca finalidad para un espacio en la Ciudad de la Cultura que el CSIC iba a usar y al final no utilizará

26 may 2010 . Actualizado a las 02:16 h.

Exceptuando la concesión de 256.092 euros de subvenciones para digitalizar libros en el 2008, hasta ahora la única contribución del Gobierno central a la Ciudad de la Cultura era un plan para abrir allí unas punteras dependencias bautizadas como Instituto de Ciencias del Patrimonio (ICP). Era y ya no lo es. Porque el promotor de la iniciativa, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), enterró ayer definitivamente aquel programa, al convocar un concurso de ideas con el objetivo de crear la referida institución sí en Santiago, pero no dentro del monte Gaiás, sino a sus pies, sobre una parcela de las Brañas do Sar cuya adquisición tramita en la actualidad. Entretanto, el Ejecutivo autónomo todavía busca utilidad para ese hueco que acaba de quedar huérfano de usos.

La futura inauguración del ICP como reclamo estrella del faraónico recinto había sido anunciada en diciembre del 2006. Ocuparía parcialmente, garantizó entonces el bipartito, uno de los seis inmuebles que integran el proyecto de Peter Eisenman: el denominado Servizos Centrais, concebido en su génesis exclusivamente a modo de corazón administrativo del complejo y luego modificado. No obstante, apelando a supuestos problemas de espacio en dicho emplazamiento, el CSIC comenzó en el verano del 2009, vía negociación con el Concello compostelano, a sentar las bases para intercambiar la ubicación señalada en un primer momento por otra muy próxima a la misma pero sin vínculo alguno con la Xunta. En la práctica, pues, con la licitación de ayer vino a consagrar formalmente el giro de estrategia que llevaba un año pensando ejecutar.

Desde hoy, quienes suspiren por asumir la paternidad arquitectónica del instituto disponen hasta el 2 de julio para remitir sus propuestas a Madrid. Entre todas aquellas que sean enviadas, un jurado escogerá y expondrá al público cinco finalistas, de las cuales saldrá a posteriori, previo desarrollo de cada una y ya por decisión del CSIC, la oferta ganadora. La media decena de elegidos cobrarán premios individuales de 18.000 euros, mientras que el declarado vencedor percibirá a mayores 233.172 por elaborar varias memorias constructivas y después ejercer in situ las direcciones facultativa y técnica de los trabajos, cuando arranquen.

Según el pliego de prescripciones impuesto por la Administración central a los interesados en este contrato, con independencia de gustos y formas, las sedes que cada aspirante plantee jamás deberán superar los seis millones de presupuesto.

Seis millones de coste en crisis

Además, tendrán que ajustarse a ciertas premisas innegociables, por ejemplo, no exceder los 3.700 metros cuadrados de superficie, contar con capacidad para acoger a entre 80 y 120 trabajadores, basarse en la eficiencia energética e integrarse perfectamente en un entorno donde predominan las zonas verdes, así como reunir las condiciones de «accesible, transparente y transitable». Indefectiblemente también responderán a un esquema de distribución interior cerrado: 80 despachos, una incubadora de empresas, servicios unisex, nada de cafeterías y sí cocinas, tres apartamentos de invitados, una biblioteca para 120.000 volúmenes...

¿Y a qué piensa dedicar Cultura el área que había reservado para todo eso en los Servizos Centrais, que se estrenarán en el 2011? «Está en estudio, sempre coa idea de sacarlle o mellor partido posible», explicaron fuentes del departamento de Roberto Varela. Asimismo, en alusión al Gabinete de Rodríguez Zapatero, denunciaron su «absoluta falla de compromiso co recinto, pese ás boas e nada concretas palabras». Y espetaron: «O conselleiro convidou en Madrid á ministra a visitar a obra dúas veces, e nin respondeu. Mesmo veu aquí e non quixo vela».