Blanco inauguró ayer dos nuevos tramos entre Barreiros y Lourenzá
05 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.En abril del 2007 se abría en Ribadeo el primer tramo de la autovía del Cantábrico en Galicia. Entonces el sueño de la transcantábrica se limitaba a un suspiro, a cinco minutos. Hoy ese sueño está más próximo, tras la apertura ayer de dos nuevos tramos: Barreiros-Vilamar y Vilamar-Lourenzá. Son algo más de nueve kilómetros que contribuyen a conectar Galicia con Asturias, ya que en la actualidad se puede circular de forma ininterrumpida por 37 kilómetros de la A-8 desde Tapia, en el Occidente astur, hasta Lourenzá.
Ayer, en una tarde clara y soleada en Barreiros, no hubo lugar para los reproches. Frente al pesimismo que se propaga con la crisis, se respiraba la satisfacción por las escasas buenas noticias. Así lo reconoció el conselleiro de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas, Agustín Hernández: «O dato significativo é que o Goberno de España sexa capaz de poñer en servizo unha infraestrutura imprescindible para Galicia nestes momentos de extraordinaria dificultade».
En este contexto conciliador, el conselleiro tendió la mano al ministro de Fomento, José Blanco, y le emplazó a, al igual que se hizo con la alta velocidad ferroviaria, abrir una vía negociación entre la Xunta y el Estado para elaborar un plan de vías de alta capacidad, buscando la optimización de los trazados, estableciendo prioridades y destinando el dinero disponible a los itinerarios más necesarios.
Blanco agradeció el gesto en un discurso no exento de la ya habitual retórica frente a la crisis, con alusiones épicas y de esperanza: «Esta es una autovía para que la costa de Lugo deje de ser un secreto, o al menos sea un secreto a voces».
Concluida en el 2012
En los tramos abiertos ayer se han invertido unos 90 millones de euros, incluyendo las expropiaciones. Son 9,2 kilómetros que permiten que el 62,3% del trazado de la transcantábrica en Galicia esté en servicio (53,4 kilómetros). Y frente al informe de la Xunta que relega la A-8 al 2013 -criticado por el PSdeG, al considerar que se dilapidan recursos para controlar obras que no son de su competencia-, Blanco volvió a ratificarse en que en el 2012 estará concluida. «El fin es un horizonte cada vez más cercano», apuntó, y sobre los cinco tramos pendientes añadió: «Los pondremos en servicio de aquí al año que viene».
Las previsiones del ministro son que Abadín-Careira se abra en primavera y que a continuación lo haga el Vilalba-Touzas, en lo que a su entender supondrá el mayor salto cualitativo, con un recorrido de 40 kilómetros desde Baamonde a la costa. Y si como prevé Fomento, el tramo Lourenzá-Mondoñedo se inaugura antes de que acabe el año, para el 2012 solo quedarían pendientes 15 kilómetros.
El problema radica en que son los dos tramos más complejos, el Lindín-Careira y Lindín-Mondoñedo, con complicaciones geotécnicas que se detectaron tras iniciarse las obras y que obligaron a modificar los proyectos: «Ya hemos acordado la solución técnica del tramo Lindín-Mondoñedo y estamos concluyendo la de Lindín-Careira, lo que nos permitirá dar este año el impulso económico necesario para que las obras cobren ritmo y permitan terminar todo el trazado de la autovía en el 2012», anunció Blanco. Con la inauguración no faltaron las críticas de vecinos y alcaldes por los accesos o por el retraso en el pago de expropiaciones, cuestiones que se ven como mal menor cuando la A-8 se ve al fin como una realidad.