Una organización con al menos tres grupos activos

La Voz

GALICIA

27 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El atentado cometido ayer en Vilalba vuelve a poner de manifiesto la existencia de un problema que es necesario atajar cuanto antes, porque lo que algunos llaman «terrorismo de baja intensidad» puede algún día terminar en tragedia. Es solo cuestión de suerte, como pudo pasar ayer con un trabajador que pasó por la zona. Las personas que investigan estos ataques procedentes del independentismo más radical saben que no se puede frivolizar con estos grupos de violentos que se mueven bajo las siglas de Resistencia Galega. «Es algo sobre lo que hay estar muy encima. No podemos dejar que esto derive en una situación más peligrosa», decía hace solo unos días el máximo responsable de la Guardia Civil en Galicia.

Los investigadores sospechan que Resistencia Galega tiene al menos tres células activas, que son las que cometen los atentados tras recibir el encargo procedente de la cúpula de la organización que supuestamente dirige desde la clandestinidad Antom García Matos, alias Toninho, quien se encuentra en busca y captura desde el 2005. En noviembre de ese año fue detenido por la Guardia Civil en el marco de la operación Castiñeira contra el independentismo radical y violento en Galicia. Quedó libre el mismo día del arresto y ya no se supo más de él.

Galicia es hoy la única comunidad en la que el terrorismo sigue plenamente activo, al margen de ETA en el País Vasco, que ha declarado una tregua, pero la organización sigue en pie. Otros grupos de Cataluña o de Canarias abandonaron hace años el recurso a la violencia.

Pero en Galicia se mantienen pese al escaso apoyo que reciben de la sociedad en general. Sus viveros se encuentran en asociaciones juveniles de corte radical y en algunas peñas deportivas que se distinguen por sus acciones violentas. Los activistas son gente muy joven, sin antecedentes, lo que dificulta su seguimiento por parte de las fuerzas de seguridad.