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El conductor causante de la muerte de una mujer y su hijo solo se enfrenta a una multa
GALICIA
Hoy se le juzga por el accidente, ocurrido la Nochebuena del 2009 en Vimianzo
28 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.La sanción que le pueda imponer hoy el juez de Instrucción número 1 de Corcubión a Cristian García Túñez, el joven de Dumbría que, según consta en el atestado, invadió el carril contrario y causó un accidente en el que murieron una mujer y su hijo en la Nochebuena del 2009, no va a satisfacer las exigencias de Justicia de los familiares de las víctimas.
La decisión de tratar el caso como un asunto de faltas genera una profunda irritación entre los afectados, que consideran este proceso una «burla» y una invitación a que cualquiera haga lo que le venga en gana cuando sale a la carretera.
García Túñez, que por aquel entonces tenía 24 años, conducía un Audi A3 por la carretera comarcal AC-552, entre Vimianzo y Cee. Según el informe de la Guardia Civil de Tráfico, a la altura del punto kilométrico 69,800 invadió el carril contrario y se llevó por delante el Volkswagen Polo que conducía María Jesús Lema Martínez, de 34 años, que viajaba con su hijo, Martín Vázquez Lema, de 2.
La información recogida por los agentes determina que el velocímetro del vehículo que manejaba el joven se detuvo en 135 kilómetros por hora, cuando el límite de la vía es de 100, y las circunstancias meteorológicas -con lluvia intensa y escasa visibilidad- convertían esa velocidad en claramente excesiva.
Así lo entendió el procurador nombrado por la familia de los fallecidos, que llegó a reclamar para el acusado ocho años de prisión, cuatro por cada víctima, y tres de suspensión del permiso de conducir, pero no así la Fiscalía ni los distintos jueces que intervinieron en el proceso.
Contra la petición del abogado de la familia para que el asunto fuese tratado como delito en la Audiencia Provincial de A Coruña, los instructores tuvieron en cuenta los recursos de la defensa en los que se argumenta la calificación de falta.
Según esta visión expuesta por el procurador que representa al joven, el hecho de que el velocímetro quedase parado en 135 no es una prueba de que el vehículo fuese tan rápido, porque entre otras cosas tenía engranada la cuarta marcha y el habitáculo ni siquiera llegó a deformarse con el choque. Además, el coche no era del joven, por lo que no tenía obligación de saber que llevaba una rueda trasera gastada y, a su juicio, no existe la conducción temeraria que justifique la tipificación de lo ocurrido como un delito.
Para Francisco Vázquez, esposo de María Jesús y padre de Martín, eso solo son excusas que no sirven para evitar que en el futuro se sigan produciendo más accidentes como este.
Francisco lo ha pasado mal, porque, tal como dice, «algo así nunca se supera», pero no quiere entrar en consideraciones personales «nin darlle pena a ninguén». Simplemente aspiraba a que la muerte de su mujer y de su hijo se tratase de una manera más ecuánime, pero ha perdido toda esperanza y ni siquiera tiene pensado asistir al juicio. «Despois disto, a ver de que maneira podo eu volver crer na Xustiza en toda a miña vida», se pregunta.
Jeanne Picard, la delegada para Galicia de Stop Accidentes y que está siguiendo la causa de Francisco, va mucho más lejos. Cree que un dictamen así «no cabe en la cabeza de nadie». No entiende que «tres jueces estén buscando disculpas» para calificar lo sucedido como un asunto de faltas cuando se han producido unas consecuencias tan graves.
Además, entiende que el hecho de fijar el juicio en plenas Navidades, coincidiendo con la fecha en la que se produjeron los accidentes y justo cuando el pequeño Martín hubiese cumplido 4 años, incrementa todavía más la sensación de burla y de indefensión para la familia afectada.
Picard también considera que estos ejemplos no sirven más que para incrementar el clima de impunidad en el que se mueven los responsables de los accidentes de tráfico más graves, y no contribuyen lo más mínimo a reducirlos.
«Despois disto, a ver de que maneira podo eu volver crer na Xustiza en toda a miña vida»
Francisco Vázquez