El consejo de administración del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) aprobó ayer la adjudicación de diversos contratos del AVE gallego que suman 438,6 millones de euros. Esta decisión se produce días después de que la propia ministra de Fomento, Ana Pastor, en una comparecencia parlamentaria, lanzara dudas sobre la situación económica del ADIF, con una deuda acumulada de 15.000 millones de euros. Sea como fuere, los contratos de los tramos más complejos del nuevo acceso ferroviario a Galicia avanzan con paso firme en la vía administrativa, aunque queda por ver qué disponibilidad presupuestaria real tendrán las obras en la delicada situación que vive el país. Ayer el ADIF contrató cuatro tramos más entre Lubián y Ourense: la vía izquierda del túnel del Espiño (adjudicada por 112,9 millones a una UTE encabezada por OHL); la vía derecha del mismo subterráneo (que hará por 97,8 millones Ferrovial y Castillejos Compañía de Obras); la vía izquierda del tramo Vilariño-Campobecerros (encomendada por 97,8 millones a una UTE liderada por FCC); y la vía derecha de este tramo (que ejecutará Acciona y Cyes por 93,4 millones). Los plazos de ejecución oscilan entre los 33 y los 38 meses.
El resto de los contratos corresponden al suministro de desvíos ferroviarios (32,1 millones) y asistencia para el control de obras (4,4 millones).
Por otra parte, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, expresó ayer en Ribadeo su deseo de ver terminada la autovía del Cantábrico, «que sin ningunha dúbida é a máis importante que tivo Galicia nunca, máis que as autovías da Meseta», dijo en referencia a la A-6 y la autovía Rías Baixas, informa José Alonso. Mientras, el Gobierno portugués mostró ayer su disposición a mejorar la línea ferroviaria que une Oporto con Vigo.