Los clanes arousanos se reponen de los traspiés sufridos en los últimos años; el que acaba de ser desarticulado era uno de los más operativos
02 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.En la ría de Arousa había últimamente tres clanes que trabajaban intensamente en la introducción de cocaína en España para surtir de droga tanto el mercado propio como el internacional. Ahora ya son solo dos. El grupo que acaban de desarticular las unidades Greco y Udyco, con 21 personas detenidas y 3.400 kilos de cocaína confiscadas en alta mar, era uno de los más activos. El trío formado por Marcos Vigo, Viñas Morgade, Manzanita, y Carballa Magdalena trabajaba de forma concienzuda, algunas veces con éxitos y otras con fracasos, pero siempre con ahínco.
Es cierto que algunas de las operaciones en las que andaban inmersos pudieron pasar más desapercibidas, porque conscientes de que estaban en el punto de mira de la presión policial, diversificaron su negocio y se centraron más en los contenedores -que pasan más desapercibidos- que en los grandes alijos por mar -más suculentos, pero también más peligrosos-. Muy seguros debían estar de los pasos que daban cuando se decidieron a organizar una macrooperación marítima; pero algún mal paso debieron de dar. El Juzgado número 3 de Vigo, que trabajaba en otra investigación, tuvo conocimiento del transporte que se estaba organizando desde Venezuela y dio aviso al número 6, que se puso a trabajar en colaboración con la Policía Nacional.
Reestructuración
Para entender la reestructuración de los clanes gallegos es necesario remontarse a dos fechas clave. La primera, el 8 de noviembre del 2008, cuando Manuel Abal Feijoo perdió la vida en un accidente de tráfico en Vilagarcía. Más conocido como Patoco, el cambadés monopolizaba entonces la infraestructura gallega para las descargas de droga. Cualquier grupo que quisiera organizar un transporte tenía que hablar con Abal Feijoo. Era tal su poder, que tras su muerte se desató una guerra entre clanes para hacerse con su herencia. Quemas de planeadoras y de naves y amenazas más o menos encubiertas protagonizaron los meses siguientes a la muerte de Patoco.
La segunda fecha relevante fue en abril del año siguiente, cuando el grupo Greco, bajo la dirección de la entonces titular del Juzgado número 1 de Cambados, Irene Roura, puso en marcha la operación Tabaiba, con la incautación de yates, planeadoras, tractores y todoterrenos; es decir, con el desmantelamiento de la infraestructura de Patoco.
Los narcotransportistas gallegos quedaron noqueados, y durante un tiempo no dieron una a derechas. Errores garrafales y desembarcos frustrados provocaron recelos entre los sudamericanos, que dejaron de confiar en los arousanos.
Pero los arrestados en la operación Tabaiba no tardaron de salir de la cárcel, y varios históricos quedaron libres tras cumplir sus condenas. Los narcos se rearmaron, y la prueba de ello navega en dirección a Vigo: 3.400 kilos de cocaína a bordo del Rippide.
Doce ya están en prisión
Mientras, la titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Vigo, en funciones de guardia, ordenó ayer el ingreso en prisión de otros 6 detenidos por la red de tráfico de drogas. Dos más quedaron en libertad. En total, de los 22 arrestados hasta ahora, 12 han pasado a prisión y 3 están libres. Hoy está previsto que declare una detenida de Vigo y un segundo acusado, los últimos que han sido apresados en tierra.
Una de las incógnitas es si la red estaba a punto de fletar un velero desde A Guarda o si este navegaba ya hacia alta mar cuando empezó la operación Albatros. Nadie sabe dónde está.
Los interrogatorios de ayer se centraron en identificar y localizar al barco y a sus tripulantes. Dos vecinos de Ponteareas, un brasileño llamado Nelson y Luis Miguel Iglesias, toxicómano condenado a 9 años de prisión por drogas, figuran entre los sospechosos de ser conseguidores del barco. Este último habría asistido a reuniones en bares de Vigo y Baiona con algún jefe, aunque niega que tenga que ver con la red. Pero también aparece en las escuchas, llevadas a cabo durante más de seis meses meses, con el vigués Camesella.
Los interrogatorios
A primera hora de la mañana declararon dos amigos que residen en la calle Barcelona de Vigo, Iván y Rafael. El primero aseguró que fue de paso el día anterior a la vivienda y al segundo la policía no le encontró nada. El toxicómano Luis Miguel Iglesias, vecino de Ponteareas, fue visto en varias reuniones en bares con los implicados. Él alega que estaba de paso. Cumplió 9 años de cárcel por tráfico de drogas y sufrió dos crisis de ansiedad en los calabozos. Otro de los interrogados en la jornada de ayer fue el cambadés Francisco Javier Suárez, para quien se le ordenó prisión. El ourensano Manolito el del hostal La Rotonda y Manuel Gómez Calviño, representante de Manu Chao, quedaron en libertad. Este último fue detenido de camino a Ourense tras salir de copas a Vigo.
Los detenidos que pasaron ayer por el juzgado están considerados como secundarios o intermediarios.