El juez del Alvia quiere saber si el ADIF evaluó el riesgo de fallo humano en Angrois

Pablo González
Pablo González REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Llama a declarar como testigos a cinco cargos para aclarar las prestaciones de la línea Ourense-Santiago

07 mar 2014 . Actualizado a las 09:38 h.

¿Se evaluó la posibilidad y las consecuencias de un fallo humano en una curva sin protección como la de Angrois una vez modificada la seguridad? Esta es una de las preguntas que el juez del caso Alvia se hace en su último auto, dictado ayer, donde acepta en su práctica totalidad las diligencias de prueba que solicitó la defensa del por ahora único imputado en la causa, el maquinista Francisco José Garzón Amo, que conducía el tren en el que murieron 79 pasajeros.

Para aclarar este aspecto y otros relacionados con las prestaciones de la línea, especialmente el ámbito de influencia del ERTMS (el sistema que supervisa totalmente la circulación incluso forzando el frenado), el magistrado Luis Aláez ha decidido llamar a declarar como testigos a cinco cargos del ADIF. Los cinco directivos están citados para el próximo 27 de marzo, a partir de las 9.30 horas. Se trata del director de Planificación y Recursos de la Red de Alta Velocidad, Pedro González Paniagua; el director de Planificación y Gestión de Capacidad, José Estrada Guijarro; el subdirector de Planificación y Gestión de Capacidad, Luis Carlos Sánchez López; el jefe de Adjudicación de Capacidades, Luis Santos del Cura; y el director de Mantenimiento y Explotación, Alfonso Ochoa de Oza Galé.

El magistrado Luis Aláez cree que estas declaraciones pueden arrojar luz sobre aspectos clave de la investigación: si el tramo Ourense-Santiago es efectivamente una línea de alta velocidad, el ámbito de aplicación de la normativa específica para alta velocidad o red convencional y la operatividad del ERTMS, pues el juez considera que existen «diferencias entre lo que aparece documentado al respecto [el libro horario del maquinista, por ejemplo] y lo que aparece constatado en la vía donde se produjo el accidente». Así, en estos documentos se refleja que la curva del accidente sí estaría protegida con el sistema que controla la velocidad de los trenes.

Riesgos y seguridad

El juez reclama multitud de informes que hace unos días solicitó la defensa del maquinista. Buena parte de ellos están relacionados con el análisis de riesgos en Angrois, especialmente los relacionados con fallos humanos en una zona donde el maquinista era el principal actor en la seguridad. De hecho, las empresas que colocaron el ERTMS en la línea «exportaron» al maquinista el riesgo en la curva de Angrois. También se reclama documentación sobre los cambios realizados a raíz de los análisis de riesgo contenidos en los denominados hazard log, algunos de los cuales ya están integrados en el sumario.

El magistrado también reclama los eventuales estudios de riesgo por fallo humano, si es que los hubo, para la apresurada decisión de desconectar el ERTMS embarcado, sin ni siquiera esperar al dictamen de los fabricantes.

Todos los cargos llamados a declarar firman el libro horario y cuadro de velocidades máximas y la intención es que aclaren las diferencias existentes entre lo recogido en la hoja de ruta que portaba el maquinista y la infraestructura. De hecho, durante los viajes de prueba se anota que el recorrido con ERTMS son 87 kilómetros, es decir, el trayecto completo entre Ourense y Santiago, cuando el sistema más seguro terminaría en dirección a Compostela en el kilómetro 80.

El juez también reclama a Renfe y a Talgo la documentación para certificar el Alvia S-730. Y la que utilizó la operadora para desconectar el ERTMS embarcado.

Declara el jefe de maquinista que avisó del peligro de la curva

José Ramón Iglesias Mazaira, el jefe de maquinistas de Ourense que dio el b>aviso de peligro sobre la curva de Angrois, desatendido por los directivos de la operadora, declara hoy ante el juez Luis Aláez, y previsiblemente se ratificará en lo que denunció en su correo electrónico el 26 de diciembre del 2011. En ese documento, definía la curva como una zona «de máxima atención y riesgo» de la que se advertía con una única señal, por lo que reclamaba más medidas de seguridad.

También declararán los dos responsables de Renfe que recibieron directamente su correo (que después llegaría a otros siete cargos): José Luis Rodríguez Vilariño, superior del jefe de maquinistas, y Ángel Lluc Perales, de la gerencia de Seguridad en la Circulación.

Manuel Prieto, el abogado del maquinista, señaló a Europa Press que espera que «todos digan la verdad». Lluc ya alegó por escrito que no le constaba haber recibido el correo.