Desde el trágico siniestro, el tramo de Mondoñedo a Lindín ha permanecido cerrado noventa días a la circulación
28 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.El sábado 26 de julio del 2014 amaneció con una niebla muy densa en el alto de O Fiouco, en el tramo de la Autovía del Cantábrico entre Mondoñedo y Lindín, recién inaugurado por la ministra Ana Pastor (habían transcurrido apenas cinco meses).
Esa mañana tuvo lugar en dicho tramo un accidente múltiple, en cadena, con una veintena larga de turismos y camiones involucrados. Producto de ese siniestro falleció una mujer, ourensana, que prestaba servicio en el 061 en Foz y quiso ofrecer auxilio a los heridos cuando desgraciadamente la alcanzó un coche.
Las imágenes siniestras de aquel accidente con la niebla envolviéndolo todo, sin visibilidad alguna, con unos vehículos sobre otros, algunos aún bajo los camiones, y gente desorientada y desesperada entre la bruma, permanecen en la memoria.
En torno a medio centenar de conductores y usuarios resultaron heridos de diversa consideración; se llegó a instalar un hospital de campaña en Mondoñedo con el alcalde de entonces, Orlando G. Cruz, médico de profesión, prestando también apoyo. Los heridos más graves fueron trasladados a hospitales de Burela, Lugo y a otros más distantes.
No se podía imaginar la ministra Ana Pastor el 3 de febrero, día de la inauguración, los problemas que iba a acarrear este conflictivo tramo debido a las nieblas, aún hoy sin solucionar.
Entonces Fomento sacaba pecho: «La finalización de estos tramos de autovía supone para los 8.000 vehículos que de media circulaban a diario por la vieja N-634 (tráfico que se incrementa significativamente en verano) una importante mejora en la comodidad, velocidad y seguridad del tránsito al evitar la antigua carretera y la ascensión por el puerto de A Xesta». Se invirtieron en los tramos Mondoñedo-Lindín y Lindín-Careira casi 200 millones de euros incluyendo expropiaciones. Nadie asumió responsabilidades, a pesar de que el siniestro puso en evidencia la falta de previsión. Lo que sucedió desde entonces es conocido: los cortes continuos por la niebla en ese tramo, especialmente en primavera y verano, equivalen a casi tres meses cerrado. Fomento lo intentó todo, mejoró las señalizaciones acudiendo a los últimos avances tecnológicos, pero de nada sirvió.
Lo último: buscar solución contra la espesura de las nieblas que suben del valle con una convocatoria pública abierta para que se presenten proyectos innovadores que puedan resolver definitivamente este problema, tan grave para el tráfico y para la seguridad. Están en eso, se han presentado unos treinta proyectos que ahora serán seleccionados. Habrá que esperar aún varios meses para comprobar si de aquí saldrá la solución a un problema que nadie tuvo en cuenta.