Con Bretón estuvieron deliberando tres días y medio y con Dolores Vázquez solo dos
GALICIA
A los jurados no se les impone un plazo. De hecho, se les exige paciencia y se les pide que empleen el tiempo que necesiten para llegar a un veredicto
28 oct 2015 . Actualizado a las 20:11 h.A los jurados no se les impone un plazo. De hecho, se les exige paciencia y se les pide que empleen el tiempo que necesiten para llegar a un veredicto. Pero la experiencia indica que no suelen tardar más de cuatro días. Los hay incluso que lo deciden en una sola jornada. Eso suele depender de muchos factores, como el número de acusados -el tribunal popular ha de argumentar por dos y no solo uno- o las pruebas que hay sobre la mesa. Y en el caso de Asunta, son muchas. Por el momento, el jurado ya lleva cerca de 30 horas deliberando.
Todavía se está muy lejos de las 74 que emplearon los miembros del jurado que juzgaron a José Bretón, el hombre que mató a sus hijos para vengarse de su exmujer. Menos tiempo del que necesitó aquel tribunal popular que en el 2001 vio culpable del asesinato de Rocío Wanninkhof a la gallega Dolores Vázquez. En dos días, la declaró culpable. Fue el mismo tiempo que duró la deliberación del crimen de los mellizos en A Coruña, en el que un hombre mató a palos a los hijos de su compañera sentimental. A ella también la declararon culpable por mirar hacia otro lado cuando su pareja los maltrataba.
Un juicio que se tuvo que repetir fue el de Jacobo Piñeiro, Kiyo, condenado a 58 años de cárcel por el doble asesinato de dos jóvenes homosexuales ocurrido en Vigo el 13 de julio del 2006. El primer tribunal lo declaró no culpable tras estar debatiendo dos días y medio. El segundo ya lo vio como asesino, empleando el mismo tiempo.
Una única jornada de deliberación fue suficiente para enviar a la cárcel por muchos años a la noiesa Mónica Juanatey, acusada de matar a su hijo en Menorca y deshacerse del cuerpo abandonándolo dentro de una maleta.
Y dos días se tuvo que esperar para que el jurado popular declarase culpable del asesinato con alevosía de dos mujeres en Bilbao en junio del 2013 a Juan Carlos Aguilar Gómez, que fue más conocido como el falso monje shaolín.