Ya son 14 las playas que se quedan sin bandera azul por falta de socorristas

Izar una bandera azul en los arenales gallegos se está convirtiendo en una odisea para un buen número de concellos que llevan años vanagloriándose de la calidad de sus playas. Adeac, la asociación encargada de otorgar estos galardones, no está dispuesta a pasar por alto la falta de socorristas que lacra el litoral de la comunidad y ha decidido que 14 playas gallegas continúen en agosto sin el estandarte del que Galicia, hasta el pasado año, era el buque insignia.

Estos arenales pierden su sello de calidad al tiempo que los bañistas ven mermada su seguridad en las jornadas de baño. Todo esto en el mes en el que las playas gallegas acumulan el mayor número de visitantes del año. Pero estos no son los únicos arenales que no contarán con servicio de salvamento fijo este mes. De hecho, de las 70 playas que en julio carecían de socorristas, en prácticamente ninguna cambiará esta situación. Es más, la carencia de estos profesionales en parte de los arenales gallegos se ha incluso acentuado en algunos casos como el de Porto do Son, donde había tres socorristas en Boca do Río y en la actualidad no hay ninguno, ya que el único que ha seguido trabajando ha sido trasladado a la playa de Caveiro.

Situación peculiar la que ocurre en Miño y alrededores. Así, la playa Grande de esta localidad, en la que el año pasado llegó a haber hasta 10 socorristas, es una de las que ha perdido la bandera azul por no cubrir el cupo de socorristas exigido por Adeac. De esta manera, además de estar en juego la seguridad de los bañistas de este arenal también lo está la de los que acudan a Perbes, ya que se comparte el servicio de socorrismo. En esta última los usuarios pueden encontrar en la cabaña donde debería haber personal de salvamento un número de teléfono al que avisar en caso de producirse alguna emergencia. Dicho número comunica con el puesto oficial de socorristas de la playa Grande de Miño, que se desplazan en lancha hasta Perbes.

Desde el Concello de Mañón (A Coruña) se quejan de que playas con fuerte oleaje como la de Esteiro o Porto de Bares sigan sin socorristas a pesar de los esfuerzos llevados a cabo en julio para cubrir esta carencia.

Sin embargo, sí hay concellos que han solucionado a lo largo del mes pasado los problemas relacionados con los puestos de salvamento y socorrismo. Así, en la playa de Nigrán, donde un hombre murió ahogado el mes pasado cuando todavía no había socorristas, hoy en día ya cuentan con el personal necesario para salvaguardar la playa. A pesar del descenso de socorristas en la mayoría de arenales gallegos, en Ponteceso han pasado de tener dos socorristas a siete. En Corcubión se retiró uno, pero rápidamente se suplió el puesto con uno nuevo.

Accidente en Ons

Una mujer de 50 años tuvo que ser trasladada en helicóptero desde la isla de Ons hasta un centro sanitario. La mujer se dio un fuerte golpe en la cabeza tras caerse al suelo. En Ons no hay socorristas pese a que miles de personas visitan la isla cada día.

Con información de I. Eiroa, X. Ameixeiras, C. Morán, A. Gerpe, L. C. Llera, D. Pérez, M. Cuadrado, A. Cuba y M. Gago

 

Evitar bañarse con fuerte marejada y corrientes de resaca para no correr sustos innecesarios

El fuerte oleaje no suele ser uno de los problemas a los que se enfrentan los bañistas en el mes de agosto en las playas gallegas. Sin embargo, en ocasiones, olas de más de dos metros y medio pueden jugar malas pasadas. Esta situación se producirá el jueves en las Rías Baixas, donde el estado del mar será de fuerte marejada. Además, es importante tener en cuenta las corrientes de resaca, la causa más probable de ahogamientos en las playas españolas. Este fenómeno se forma cuando el agua llega a la playa y vuelve mar adentro en zonas específicas.

Estas corrientes a veces pueden identificarse a simple vista como consecuencia de la erosión producida por la arena que transportan en suspensión. Así, el mar tendría un tono arenoso. Por otro lado, expertos advierten de que en caso de caer en una corriente de resaca lo recomendable es salir de la corriente nadando en paralelo a la orilla y después volver a la playa de forma inclinada aprovechando el empuje de las olas de traslación.

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