Los hospitales gallegos ya tratan en sus casas a 5.700 pacientes cada año

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Hospitales en los que hay unidades HADO
La Voz

El servicio a domicilio crece un 18 % desde el 2013 y sus consultas superan las 4.100 al mes

29 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La hospitalización a domicilio, conocida familiarmente como HADO, es un modelo sanitario que entronca con la filosofía de que el enfermo debe permanecer en su entorno habitual siempre que sea posible. Personas mayores, pacientes en fase de paliativos o con patologías crónicas prefieren su hogar y estar acompañados de sus familiares. Y para estos últimos, además, es más operativo que permanezcan en casa. En el año 2016, los profesionales de los hospitales gallegos atendieron en sus domicilios a casi 5.700 pacientes. Es una cifra bastante estable en los últimos años, aunque si se compara con el 2013 ha habido un aumento del 18,2 %.

Médicos y enfermeros realizaron a lo largo del pasado año 49.683 visitas a estos cerca de seis mil enfermos. Eso sí, no todos los pacientes que están ingresados y después podrían ser atendidos en sus casas lo hacen, porque el área de cobertura no alcanza el cien por cien de la geografía gallega. Según el Sergas, en torno a un 70 % de los gallegos tendrían esta posibilidad, que depende de los tiempos de desplazamiento, del volumen de la población diana y del número de equipos trabajando en cada zona.

Aunque el perfil del paciente es variado, un importante número de usuarios necesitan cuidados paliativos. En este sentido, HADO es uno de los principales recursos para estos enfermos junto a los equipos de atención primaria, que también se encargan de los pacientes en sus domicilios en los casos en los que no presentan complejidad.

Precisamente, para que los médicos y enfermeros de primaria puedan acudir a los hogares de personas que necesitan estos cuidados se ha creado una red de referentes de atención paliativa en cada servicio de primaria. Son más de trescientos en toda Galicia y su tarea es apoyar, asesorar y dar soporte al resto de especialistas de familia. Esto no quiere decir que solo estos 300 vayan a los domicilios para atender a enfermos paliativos, sino que en caso de duda o de necesidad de asesoramiento prestan apoyo a los otros profesionales de primaria de su área, que no han recibido formación tan específica. Cuando se requiere de atención más especializada, se recurre al personal hospitalario.

Trigésimo aniversario

Las unidades de HADO ya tienen una larga trayectoria en Galicia y España. La primera comenzó su andadura en 1981 en el Hospital provincial de Madrid, y la primera gallega cumple 30 años, ya que nació en 1987 en A Coruña.

Los enfermos que necesitan cuidados paliativos son una de las principales poblaciones diana

En las últimas jornadas de la Sociedade Galega de Coidados Paliativos, que se celebraron en noviembre, se estimaba que entre siete mil y catorce mil gallegos necesitan al año cuidados paliativos. La atención a este colectivo, no obstante, no es suficiente, según numerosos expertos, que aseguran que muchos pacientes siguen muriendo con dolor. Las unidades de HADO, precisamente, tienen en estos pacientes una población diana, para permitir que el enfermo terminal pueda permanecer en su domicilio.

¿Qué son?

Cuidados cuando hay poca expectativa de vida. La OMS recoge que estos cuidados abarcan a pacientes, y sus familias, con enfermedades con expectativas de vida limitadas y que presenten problemas y necesidades físicas, sociales y psicológicas.

Para qué sirven

Ni aceleran ni retrasan la muerte. Básicamente alivian el dolor y otros síntomas sin precipitar pero tampoco retrasar el momento de la muerte. Respetan la vida pero la contemplan como un proceso natural, y dan apoyo al paciente, para que viva lo más activamente posible, y a la familia. Se aplican en el domicilio, por unidades de HADO o primaria, y en el hospital, en unidades específicas u otros servicios.

40 kilómetros de distancia impiden la prestación

Esta semana se conocía el caso de una mujer de 76 años con una enfermedad muy avanzada que tras ser dada de alta en el complejo hospitalario de Pontevedra era atendida por el servicio de atención primaria, también formado en cuidados paliativos. La polémica surgió al denunciar la familia que debería estar atendida por el personal de hospitalización a domicilio, algo que no pudo ser al vivir a cuarenta kilómetros del centro, ya que esta unidad solo lleva a pacientes que se encuentren en un radio máximo de 25. Mientras Pilar Campos, la hija de la paciente, defendía el derecho a recibir los mismos cuidados que otros enfermos sea cual sea su lugar de residencia, el CHOP explicaba que este servicio no llega al cien por cien de la población por la dispersión geográfica, pero se garantiza la cobertura con personal de primaria.