El puente de Os Peares genera impagos al entrar en concurso su constructora

GALICIA

La empresa dejó de hacer desembolsos justo después de ingresar los 2,6 millones que la Xunta pagó por el proyecto
20 feb 2017 . Actualizado a las 13:01 h.«Feijoo destina 2,6 millones a construir un puente en su pueblo». Así titulaba desde la lejanía un diario madrileño cuando se supo que la Xunta iba a acometer esta obra en Os Peares, un lugar único que mantiene su identidad pese a estar repartido entre cuatro municipios y dos provincias (Lugo y Ourense), y en la confluencia de tres ríos. Para favorecer la unidad del pueblo la Xunta licitó el proyecto de un puente sobre el Miño que evitaría un rodeo de hasta siete kilómetros y se lo adjudicó a la empresa gallega Atlántica de Construcciones y Medio Ambiente. El puente se abrió al tráfico sin que lo inaugurara el presidente de la Xunta, pues se puso en servicio cinco días antes de las elecciones autonómicas del 25 de septiembre, y la Ley Electoral prohíbe este tipo de actos. Varios meses después, subcontratas y proveedores se han puesto en contacto con La Voz para denunciar que no han cobrado nada, a pesar de que sabían que la constructora Atlántica había ingresado los 2,6 millones que la Xunta pagó por el puente de 194 metros.
La razón de esta situación es que la empresa había pedido el concurso voluntario de acreedores, que fue aceptado por el Juzgado de lo Mercantil número 1 de A Coruña mediante un auto fechado el pasado 10 de enero. Por su parte, la Consellería de Infraestruturas confirma que la firma ingresó 2.623.159,98 euros y que ese dinero se abonó «antes de la entrada en concurso de la empresa». La Xunta tuvo conocimiento de las quejas de subcontratas y proveedores, pero asegura que no tenía capacidad legal para actuar. La Axencia Galega de Infraestruturas solo tiene relación con el contratista principal y la normativa no permite lo que se denomina acción directa, es decir, pagar directamente al subcontratista. Solo podría llevarse a cabo en el caso de un acuerdo de cesión de cobro con el contratista o de un embargo.
Fuentes de la dirección de la empresa admiten esta situación, entienden el malestar y lamentan los perjuicios que ocasionó su situación económica, la incapacidad de la constructora de afrontar los pagos que vencían en diciembre. Recuerdan que llevan quince años en la obra pública, con la Xunta como principal cliente, y que la bajada en la inversión en infraestructuras les pasó factura. No obstante, su intención es articular un convenio con los acreedores para que perciban el 100 % de la deuda, algo que a día de hoy no permite su tesorería, incapaz de atender los pagos a corto plazo.
También tienen un plan que apuesta por la viabilidad futura de la constructora, y recuerdan que al menos los trabajadores vinculados a esta firma que trabajaron en el puente de Os Peares sí cobraron sus salarios. También alegan que, hasta que llegaron a esta situación, cumplían con sus pagos sin retrasos y «sin tacha».