La maniobra de Luís Villares obligó a posicionarse incluso a quienes evitaban entrar en las guerras internas del partido
08 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Que la «unidade popular» era una entelequia ya quedó claro cuando en diciembre se celebraron las primarias para el consello das mareas y se presentaron tres listas, pese a que el sector oficial trató de pactar una sola con espacio para todos los sectores. Pero Somos Quen, capitaneada por Davide Rodríguez, exalcalde de Manzaneda y miembro de Anova, y Queremos Participar, formada por gente de Cerna, frustraron esa pretendida unidad. El principal punto de desencuentro era que las listas alternativas estaban a favor de Luís Villares como portavoz único mientras que la oficial abogaba por separar el rostro visible del Parlamento y el del partido. Ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo, el pasado domingo se votó y Villares se hizo con la portavocía, pero a cambio de resquebrajar las escasas piezas que quedaban enteras en En Marea. Y ya no es una cuestión de partidos. Podemos tiene a gente a favor y en contra, Anova también, hay distintas posturas territoriales, hay una brecha entre la Galicia interior y la atlántica, hay nacionalistas y no nacionalistas y hay, en fin, afinidades y desencuentros personales. Un puzle muy difícil de armar.
Podemos ya tenía su guerra interna, y como no podía ser de otra manera, afectó también al proceso de En Marea. En la lista de Máis Alá! se colaron los críticos de Carmen Santos, por lo que la secretaria xeral optó por proponer otros de su cuerda, que son los que entraron en la coordinadora, mientras que los primeros decidieron no votar el domingo. A todo ello hay que sumar que dentro del partido morado están también los que nunca quisieron saber nada de En Marea y aceptaron a regañadientes el mandato de Pablo Iglesias de ir juntos a las autonómicas, a costa de sacrificar la marca propia.
Luego está Anova. Había ya distintas sensibilidades que salieron a la luz en el proceso de primarias, en el que miembros del partido fundado por Beiras optaron por crear la lista alternativa Somos Quen. Entre la militancia hay quien apuesta por un modelo de partido clásico para En Marea, así como integrantes procedentes del interior que rechazan el modelo urbano de las mareas y apuestan por una comarcalización de la organización. Pese a ello, Anova mantenía las formas, en parte porque su fundador, Xosé Manuel Beiras, estaba a favor de que Villares fuese el portavoz, y en parte porque Villares y Antón Sánchez -ahora portavoz de Anova- mantenían una estrecha colaboración en el grupo parlamentario. Pero la coordinadora que salió de la votación del domingo acabó con la paciencia de los dirigentes de Anova; incluía a dos representantes de Cerna, grupo procedente del BNG al que Anova culpa de la escisión de Alternativa Galega de Esquerda.
Dos veteranos políticos de Cerna, Consuelo Martínez García y Mario López Rico, fueron precisamente los que encabezaron la candidatura Queremos Participar que apostaba desde el principio por Villares como portavoz. Esa fidelidad tuvo su premio, y los dos acabaron en la coordinadora. Y luego están las mareas municipales, que se inclinan para uno u otro lado o simplemente miran de perfil dependiendo de quién tenga más fuerza en las candidaturas que se presentaron a las elecciones locales. Estaba ya clara la postura de Marea Atlántica y de Ferrol en Común, dado que a los alcaldes de A Coruña y Ferrol les costó siempre disimular que Villares no era de su agrado. Más cauto fue el de Santiago, aunque esta semana, Martiño Noriega expresó también su «preocupación» por lo ocurrido el domingo, coincidiendo con el envío de una carta que la nueva dirección de Anova, con Antón Sánchez a la cabeza, remitió a sus militantes y en la que se manifestaba en contra de la nueva coordinadora.
Las filias y fobias de las demás mareas municipales son muy dispersas, y suponen un rico caramelo para ambas posturas; la que encabeza Villares y la de Antón Sánchez. Se avecina una competición en los próximos meses para ver quién se hace con más favores, y si En Marea logra salir indemne de este conflicto o se hace pedazos.
Victoria Esteban y Ana Seijas, viceportavoces
La coordinadora de En Marea avanzó ayer que propondrá al consello das mareas los nombramientos de Victoria Esteban (Lugonovo) y Ana Seijas (Ames Novo) como viceportavoces de Organización y Acción Política. La elección se suma a la decisión adoptada el pasado domingo de nombrar portavoz parlamentario del grupo y de la organización a Luís Villares.
Yolanda Díaz aumenta la presión sobre Villares y vaticina un «auténtico descalabro» del partido
Las voces críticas hacia Luís Villares, el nuevo líder orgánico de En Marea, van en aumento. A las objeciones que Anova y los alcaldes de las mareas pusieron contra la elección de la coordinadora del partido se sumaron ayer dos representantes cualificados de las otras dos patas de la formación de Villares, Esquerda Unida y Podemos, que advirtieron que la ruptura del consenso interno puede conducir a «un auténtico descalabro» de En Marea.
Así lo expresó ayer Yolanda Díaz, diputada en el Congreso y coordinadora general de Esquerda Unida, que entiende que el partido instrumental dio «un paso atrás» por cómo ha elegido su equipo de dirección. «Excluíndo, dividimos», advirtió la diputada ferrolana, que considera «impensable» construir un espacio de cambio político «sin a participación dos actores máis relevantes», en clara alusión a Anova, Podemos, EU y plataformas locales como Marea Atlántica. Insistió en que, en por este camino, a En Marea le va a ir mal, pues la consecuencia de todo esto podría ser «un auténtico descalabro».
Junto a Díaz también compareció Antón Gómez-Reino, diputado de Podemos en el Congreso, quien abundó en que existen motivos para estar «preocupados» con lo ocurrido En Marea. «Foi un erro o que fixo Villares», valoró, sobre su decisión de someter la coordinadora a votación.
Las tensiones avivan el fantasma del cisma de AGE
Lo ocurrido el domingo, con la votación de los miembros de la coordinadora, que dio como resultado la inclusión en la misma de dos miembros procedentes de Cerna (Consuelo Martínez y Mario López Rico) avivó los fantasmas de la ruptura de Alternativa Galega de Esquerda en el año 2014, cuando el primer intento de Beiras por formalizar un grupo de confluencias naufragó por la marcha de la diputada Consuelo Martínez al grupo mixto, descontenta con el protagonismo que, a su entender, tenía Esquerda Unida en la coalición. Que no se repitiese esa situación fue una de las razones por las que En Marea se creó con inscripciones individuales y no por tendencias o partidos; pero fue inútil, ya que las distintas sensibilidades acabaron aflorando y rompiendo la unidad.
Con información de J. M. Fuentes, C. Punzón, E. Araújo, R. García, P. Calveiro, X. Ameixeiras, S. González, B. Costa, S. Barral, X. V. Gago, Rocío Pita, Rubén Nóvoa, Enrique Gómez Souto y X. M. Palacios