El primer año más plácido de Alberto

Juan María Capeáns Garrido
juan capeáns REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Lavandeira jr | efe

La estabilidad parlamentaria, los indicadores económicos al alza y la agilidad en la gestión de los presupuestos le dieron sosiego a Feijoo, que estrenó paternidad

24 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Después de dos años convulsos con citas con las urnas locales y generales -en dos ocasiones- superar las autonómicas fue, para toda la clase política gallega, lo más parecido a un último día de trabajo antes de las vacaciones. Con las siguientes elecciones a otros dos años vista, el Gobierno del Partido Popular ha transitado por los primeros meses de legislatura con la tranquilidad que dan una mayoría holgada, un ambiente político más sosegado que en anteriores ocasiones y unos números que certifican que la senda de la recuperación es correcta, por más que su equipo se autocensure y evite el triunfalismo y la oposición arrime las cifras más cuestionables a sus ascuas. Para colmo de felicidad, los presupuestos vinieron crecidos y con un niño bajo el brazo, el primero de Alberto Núñez Feijoo, que apenas se tomó unos días en febrero para ejercer de padre a tiempo completo.

GoBIERNO

Continuismo. Si algo funciona, no se toca. Con esta máxima, el jefe del Ejecutivo gallego repitió equipo de conselleiros, porque consideró avalado su trabajo en las urnas. Los cambios, o más bien retoques, se introdujeron en los segundos y terceros niveles -sobre todo en el Sergas-. La crisis de gobierno se aplaza, pues, a la próxima primavera, cuando al menos dos titulares de carteras tomarán previsiblemente la senda municipal.

EConomía

Más alegría. Tras «sostener las paredes de Galicia», como dijo hace un año Feijoo en referencia a sus dos primeras legislaturas, la Xunta diseñó sus primeros presupuestos con ciertas dosis de alegría. Con 259 millones por encima del ejercicio anterior, las cuentas alcanzaron los 9.063 millones y se aprobaron con toda la celeridad que permitió el lastre del año en funciones del Gobierno central. Uno de los mayores orgullos del presidente es haber cumplido con la palabra de reponer los salarios de los funcionarios, aunque sin recuperar las cantidades cedidas «con moito esforzo», les reconoce. La presencia en los Consellos da Xunta de iniciativas relacionadas con los autónomos, los emprendedores del rural o la Industria 4.0 ha sido una constante en los últimos meses. Millones hay, otra cosa es cuánto hay que esperar para comprobar lo acertado de la siembra.

influencia exterior

Presidentes de aquí y de allá. El año natural comenzó con una esperanzadora Conferencia de Presidentes autonómicos en la que Galicia fue capaz de colocar en la agenda nacional algunos asuntos estratégicos para sus intereses, como la revisión de una financiación que tenga en cuenta el gasto sanitario real y la sangría demográfica. Los avances en las reuniones sectoriales, que los hubo, quedaron fagocitados por el conflicto en Cataluña, comunidad que ni siquiera se quiso sentar a la mesa a discutir nada. Además, fueron unos meses intensos en las relaciones internacionales. El presidente de Uruguay pasó varios días en Galicia captando inversores; Feijoo se entrevistó con el argentino Mauricio Macri en Madrid; y el propio presidente lideró una delegación de empresarios que mantuvo contactos empresariales en China cuyos frutos se deberían empezar a recoger en meses próximos.

INFRAESTRUCTURAS

Disgustos. La interinidad del Ejecutivo de Rajoy también pasó factura en otros aspectos. Lo que cualquiera podía ver con darse un paseo por Ourense lo confirmó el nuevo ministro de Fomento, Íñigo de la Serna: el AVE gallego acumula nuevos retrasos y «enganos», calificativo en el que Feijoo metió a propios y extraños que ocuparon la otrora poderosa cartera. La nueva fecha para que el tren de alta velocidad circule por Galicia al menos en pruebas es el tercer trimestre del 2019. Los cambios en Fomento y en ADIF permitieron el desbloqueo de varios tramos, que se pasaron meses empantanados. Otra infraestructura estratégica, la AP-9, le ha generado al Gobierno dolores de cabeza extra. El Congreso se niega a traspasar la titularidad a la comunidad, como pretende la Xunta, que al menos presume de haberse sacudido de encima el pago de los peajes de Rande y Barcala, unos siete millones anuales que le endosa a Madrid. También relacionado con el tren está el frente judicial y político del Alvia, que ha regresado a la primera línea propiciado por el cambio de dirección del PSOE, que ahora apoya una comisión parlamentaria. El PPdeG y hasta ahora el PSdeG la han bloqueado en Galicia, pero por primera vez Feijoo se ha abierto a la posibilidad de llevarlo a las Cortes una vez haya sentencia judicial.

CONFLICTOS SOCIALES

Oposiciones y transporte. Otra herencia envenenada de la inestabilidad del Gobierno central afectó a Galicia y a los cerca de 18.000 opositores que aspiraban con tranquilidad a una plaza en la sanidad o la educación gallega. La Xunta se resistió a dar vía libre a la convocatoria si no se desbloqueaban los presupuestos del Estado, lo que hizo cundir el desánimo en las bibliotecas y las academias. Hasta finales de marzo, tras semanas de indefinición inducida, no garantizó la celebración de las pruebas. Otro lío más gordo y de graves consecuencias fue la huelga del sector del transporte por carretera. La implantación del nuevo plan para sustituir casi 600 rutas a las que habían renunciado las empresas iba sobre ruedas hasta que estas se plantaron. El primer paro afectó al transporte escolar, y las siguientes jornadas durante el mes de julio alteraron la vida de los gallegos y del propio sector, que vivió con pavor los cambios. Al final, la mano de Ethel Vázquez condujo el proyecto al camino de la calma, y las nuevas rutas arrancaron el 8 de agosto -con algún desajuste- y también lo hizo el transporte escolar mixto, el 11 de septiembre. Lo inquietante es que este nuevo mapa es solo una aperitivo del gran cambio que se producirá en el 2019.

servicios

Intenciones y obras. Uno de los mantras de la oposición en los últimos años ha sido el del desmantelamiento de los servicios públicos. El Gobierno ha tratado de responder con actuaciones en todas las áreas sanitarias que ya están lanzadas o en proyecto, con nuevas escuelas infantiles y el anuncio de siete residencias de mayores en las principales ciudades. En educación se reforzó la apuesta digital, y en materia de servicios sociales se consiguieron fondos para atender a tres mil dependientes más.

política

Un panorama «cómodo». La descripción de la situación sale del propio equipo de Feijoo, que no ha tenido que gestionar crisis internas, mientras los referentes de En Marea se empeñan en marcar diferencias; el PSdeG busca un nuevo patrón; y el BNG sobrevive complacido por haber encontrado al fin su suelo.