Policía y Guardia Civil siguen la pista a sospechosos vistos cerca de los incendios

José Manuel Pan / E. V. Pita REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Santi M. Amil

El comisario de Vigo atribuye los fuegos en la ciudad a «varios autores de un grupo organizado»

17 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo habían calculado todo. Sabían que era el último día de dura sequía antes de que llegasen las lluvias del huracán Ophelia y que no tendrían otra oportunidad de prender fuego a los montes este año. Es lo que sospechan los investigadores de la Guardia Civil y de la Policía Nacional sobre los autores de los incendios forestales que sembraron el caos en Galicia. «Por eso eligieron el domingo», aseguran fuentes cercanas a la investigación, que no tienen dudas de que la mayoría de los incendios registrados en las últimas horas en Galicia fueron intencionados aprovechando unas condiciones meteorológicas extremas que amplificaron las consecuencias de las llamas.

Los investigadores siguen la pista a varios sospechosos que han sido vistos en el inicio de incendios declarados con diferencia de minutos. En concreto se investiga la presencia de un mismo vehículo en esos lugares coincidiendo con el inicio de los fuegos. Los agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil que están al cargo de las indagaciones ya han tomado declaración a varias personas en relación con los cerca de 200 incendios forestales que pusieron al límite a Galicia y que causaron la muerte de cuatro personas, dos de ellas cuando trataban de escapar del fuego en una furgoneta y quedaron atrapadas por las llamas.

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La tesis de que Galicia sufre una oleada de ataques intencionados cobra fuerza. El propio Rajoy fue tajante ayer en Vigo: «Lo que estamos viviendo es algo que no se produce por casualidad, es algo provocado». Es la teoría que maneja también el presidente de la Xunta. Feijoo tiene claro que «Galicia no arde sola, a Galicia la queman». El domingo hubo fuegos incluso en el centro urbano de Vigo, pero ya desde la madrugada del jueves los técnicos de la Consellería do Medio Rural estaban detectando una «actividad incendiaria desmesurada» en Galicia. En solo 12 días se habían registrado 235 incendios en la comunidad, más del doble que en el mismo período del año pasado. Esos fuegos comenzaron de noche, cuando los medios aéreos no pueden trabajar, con varios focos simultáneos y en zonas de muy difícil acceso, lo que para la Xunta es un claro indicio de que los autores de los incendios trataban de complicar también las labores de los equipos de extinción en tierra. Pese a que las lluvias aplacaron el caos, ayer todavía se declararon tres incendios en Cotobade, y a última hora de la anoche aún seguían activos más de 60 fuegos en Galicia, ocho de ellos sin control y en situación 2 (peligro para viviendas y personas).

Los expertos en criminología forestal saben que, salvo que sea sorprendido en plena acción, aún es pronto para poder demostrar la vinculación de alguien con el inicio de un fuego forestal. En lo que va de año, los agentes de la Guardia Civil y de la Policía Autonómica han realizado 169 detenciones en Galicia. Las últimas, la semana pasada en la provincia de Ourense. Uno de los arrestados era un brigadista forestal, de 22 años, a quien el juez envió a prisión preventiva como supuesto autor de varios fuegos en el camino de su casa a su lugar de trabajo.

Una línea de fuego en Vigo

El comisario jefe de Vigo, Manuel Teijeiro, atribuye un porcentaje alto de los incendios en el sur de la provincia a la mano del hombre y, «sin duda alguna», la totalidad de los ocurridos en el núcleo urbano de Vigo, donde los focos fueron controlados. «Pensamos que lo que se hizo no es cosa de un ciudadano ocasional que salió a quemar, sino que hay varios autores de un grupo organizado; es evidente que había una cierta organización», dice el comisario. La Policía Científica busca pruebas en zonas como Valadares o el monte Alba, y sobre todo en el casco urbano. Les llama la atención que se generasen muchos pequeños fuegos a lo largo de una línea de varios kilómetros desde la carretera de Camposancos al monte de Castro, en el centro de Vigo. Destacó los daños en dos casas en Navia y descartó que el viento propagase los fuegos. Cree que hubo intencionalidad, porque «no tiene explicación un incendio en un solar en medio de la Gran Vía». Cree que los incendiarios se movían rápido, presumiblemente motorizados, y eludieron los controles.

La Policía Nacional identificó a cuatro sospechosos señalados por ciudadanos en las redes sociales. Dos de ellos se entregaron en la comisaría para demostrar su inocencia. Otros dos eran motoristas que circulaban con una garrafa y que fueron localizados en Coia gracias a llamadas de ciudadanos. Quedaron libres tras declarar ante los agentes.

En Chandebrito, donde ocurrió uno de los fuegos más graves, hasta 16 policías nacionales quedaron atrapados porque no había vías de evacuación. Tuvieron que esperar dos horas para poder salir del cerco.

Ataque masivo en la tarde del domingo

Los incendiarios y el viento formaron un cóctel de horror en gran parte de Galicia

S. Acosta

De los 31 grandes incendios que se originaron el domingo, 16 de ellos prendieron entre las cinco y media de la tarde y la una de la madrugada. Un ataque masivo que se produjo en muy poco tiempo y que trajo el horror a gran parte de Galicia, hasta el punto de que llegaron a estar activos hasta 125 fuegos al mismo tiempo, dato contabilizado a la tres de la madrugada del lunes. Los incendiarios provocaron las llamas, pero las fuertes rachas de viento que se registraron a última hora de la tarde, unidas a las altas temperaturas y los bajos niveles de humedad, provocaron que el sur de la comunidad viviese un auténtico infierno de llamas y humo.

Las condiciones meteorológicas durante la jornada del lunes también fueron difíciles. Y complicaron mucho los trabajos de extinción del fuego. Hasta el punto de que la mayoría de los medios aéreos destinados a sofocar las llamas que todavía estaban activos no pudieron ni siquiera despegar. «Un manto de nubes muy bajas, sumado a la concentración de humo provocado por la excepcional ola de fuegos del fin de semana», complicó los trabajos y provocó que varios aviones y helicópteros se quedaran varias horas en tierra a la espera de que las condiciones mejoraran. A pesar de ello, seis helicópteros pudieron despegar y trabajar en la extinción de incendios, sobre todo a partir de las 13 horas, cuando las condiciones de seguridad lo permitieron.

Durante la mañana del lunes, los medios aéreos se vieron obligados a realizar diferentes intentos de vuelo para actuar y en algunos casos fue imposible «por las condiciones adversas». Incluso llegaron a despegar varios hidroaviones y helicópteros pero tuvieron que ir modificando su destino «en función de la situación cambiante». Finalmente, solo seis helicópteros alcanzaron su objetivo, de los 14 helicópteros y cinco aviones anfibios que Galicia tiene en la actualidad para hacer frente a los incendios. Todos ellos procedentes de la Xunta y del Gobierno. Medio Rural informó el lunes de que el resto de medios aéreos se fueron incorporando a medida que las condiciones de visibilidad mejoraron.

Mala calidad del aire

Precisamente, la ola de incendios también provocó que en Galicia se activara la alerta por mala calidad del aire en prácticamente todas las estaciones que MeteoGalicia tiene en la comunidad. Una situación que nunca antes se había dado desde que la Xunta implantó este sistema de control del aire, en el 2005. La primera estación en decretar la alerta por mala calidad del aire fue la de Vigo. Desde la seis de la tarde del domingo ya comenzaron a darse «partículas de PM10 -inferiores a diez micras- en aire en niveles superiores a 150 microgramos por metro cúbico durante al menos tres horas consecutivas». Pero no fue la única estación que activó la alerta. En Ferrol se activó entre las cuatro y las seis de la madrugada del lunes, en A Coruña, entre las tres y las cinco, en Santiago entre las dos y las cinco, al igual que Pontevedra. Lugo se activó a las cinco de la madrugada y luego a las ocho. Y en Laza, de manera interrumpida desde las seis de la mañana del lunes y hasta el cierre de la edición. También Ourense fue una de las localidades que más sufrió los efectos de la mala calidad del aire, y mantuvo esta situación desde las 13 horas hasta última hora de la tarde.

La activación de este protocolo por parte de la Xunta implica una serie de recomendaciones a la población como evitar salir a la calle, mantener las ventanas cerradas, alejarse de la fuente que provoca la contaminación, en este caso el fuego. Y uno de los efectos que puede provocar son dificultades respiratorias en personas que padecen algún tipo de enfermedad respiratoria crónica o en ancianos y niños.

La lluvia mejora el aire

«A medida que la lluvia vaya haciendo acto de presencia se irán controlando los niveles e irá mejorando la calidad del aire», explicó Mariluz Macho, subdirectora de Meteorología y Cambio Climático de MeteoGalicia: «Desde que este sistema está en marcha, no se había registrado un episodio en el que se haya dado una mala calidad del aire en prácticamente toda la comunidad y durante un período de tiempo tan corto», dijo tras destacar que la estación de Laza fue la que mantuvo la alerta más tiempo.