La Xunta acepta reducir el caudal del embalse de Eiras por los problemas de potabilización de Vigo
05 dic 2017 . Actualizado a las 14:02 h.Los técnicos que forman parte de la mesa que analiza periódicamente la sequía en Galicia acordaron ayer elevar la alerta a toda la demarcación hidrográfica Galicia-Costa. Teniendo en cuenta que la cuenca Miño-Sil ya estaba afectada en toda su superficie, y que la de Galicia-Costa pasa de 7 a la totalidad de sus 19 zonas bajo esa medida, con la decisión tomada ayer, prácticamente toda Galicia está en alerta por sequía. Con la excepción de una franja en la ría de Ribadeo y la zona más oriental de la provincia de Lugo, que se encuentra en prealerta, y otra en el sur de Ourense, que ya está en fase de emergencia.
El director xeral de Augas de Galicia, Roberto Rodríguez, indicó que la decisión se tomó por el estado en el que se encuentran los ríos gallegos, con un 80 % menos de agua de la que les corresponde por estas fechas; y si bien es cierto que las previsiones dan lluvia a partir del día 10, la medida, como se hizo en reuniones anteriores, se adoptó teniendo en cuenta la situación actual. Los concellos afectados de más de 20.000 habitantes deberán comunicar a la Xunta su plan de emergencia para informar de las medidas que van a tomar para ahorrar agua, y que pueden afectar no solo a espacios públicos y a particulares, sino también a empresas, como ocurre ya con Ence.
Augas de Galicia también autorizó ayer la reducción del caudal ecológico del embalse de Eiras -que abastece a Vigo y a su área metropolitana- al 25 %, el máximo que permite la ley. Roberto Rodríguez dijo que esta decisión no se debe a un cambio de postura de la Xunta, ya que siempre ha sido reacia a tomar una medida de este calado, sino que se hace porque Vigo carece de capacidad para potabilizar el agua, «e antes están as persoas que os peixes». El director de Augas de Galicia lamentó que el concello olívico no tomase antes medidas para solventar esas deficiencias técnicas.
Turbidez en Vigo
Por su parte, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, ha reconocido que el agua de la ciudad puede presentarse turbia en algunos sitios. A medida que desciende el nivel de la presa de Eiras, el agua «pierde calidad» y requiere un tratamiento de potabilización distinto, «condicionado por la nueva situación», por lo que el agua de la traída puede presentarse turbia, «pero es potable cien por cien».
«Cuando deje de serlo lo diremos, pero confiamos en no llegar nunca a eso», dijo el regidor vigués. Y añadió que en el barrio de Navia, que fue donde más se notó la coloración del agua, el problema se debió a«una avería». Caballero también tuvo palabras para el director de Augas de Galicia, indicando que la Xunta «quiere ocultar su negligencia en la gestión de la sequía» en el área metropolitana de Vigo: «Llevamos dos meses que venimos reclamando la reducción del caudal», dice, y pone como ejemplo el embalse de Baíña, en Baiona, que gestiona la Xunta y que asegura que tiene el caudal ecológico a cero.
En prealerta
La única zona que todavía está en fase de prealerta es la que pertenece a la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, que incluye una franja en la ría de Ribadeo, donde están afectados seis municipios y en la zona más oriental de la provincia de Lugo. La Confederación Hidrográfica del Cantábrico explicó que la declaración de prealerta está vigente desde junio, pero reconoce que la situación ha mejorado: «Hemos declarado en prealerta la zona occidental de la demarcación, lo que incluye Asturias y la parte que pertenece de Galicia, es decir, fundamentalmente la cuenca del Eo. En la zona oriental, en cambio, existe normalidad absoluta. Hemos apreciado cierta mejoría y en cualquier momento se podría levantar la prealerta, aunque es una decisión que deberán tomar los técnicos. Pero será pronto», indicó la entidad.
Sur de Ourense, en emergencia
En cambio, la peor parte se la lleva la zona sur de Ourense, que afecta a ayuntamientos como Verín, Laza, Monterrei, Oímbra, A Gudiña y Vilardevós. Esta zona perteneciente a la Confederación Hidrográfica del Duero se encuentra en situación de emergencia desde el año pasado: «Es de las peores zonas de la demarcación. Se trata del sistema Támega Manzanas y son 1.100 kilómetros cuadrados de la provincia de Ourense. El caudal del Támega está muy bajo y en la mayor parte de los núcleos donde ha habido problemas han tenido que utilizar nuevas captaciones de aguas subterráneas o a través de camiones cisterna facilitados por la Xunta o la Diputación», explican en la Confederación Hidrográfica del Duero.
La falta de lluvia lleva a la cuenca del Miño- Sil a rebajar un 50 % la cantidad de agua que pasa a Portugal
Si lo normal son 400 hectómetros por segundo, en la actualidad únicamente se da salida a 201
C. Andaluz
España no cumplirá el Tratado de Albufeira que regula la protección y aprovechamiento sostenible de las aguas en las cuencas hidrográficas hispano-portuguesas. La falta de agua en el Miño-Sil, Limia, Duero, Tajo y Guadiana deja sin vigencia el apartado relativo a la cantidad de agua que tiene que dejar pasar España al país vecino. La falta de precipitaciones en el caso de la cuenca del Miño-Sil durante el primer trimestre del año hidrológico (comenzó en septiembre) ha rebajado un 50 % la cantidad de agua que pasa a Portugal. El presidente de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, Francisco Marín, apuntó ayer que si lo normal son 400 hectómetros por segundo, en la actualidad únicamente se da salida a 201.
Un 30 % menos de lluvia recogida en los últimos meses respecto a la media ha llevado a esta situación de excepcionalidad que se contempla en el convenio y que deja al país vecino, también en una situación complicada por falta de precipitaciones, con un panorama complicado. «Si la situación en el pasado año hidrológico era mala, ahora es muy mala», destacó Marín.
El caudal de los ríos es muy bajo, con algunos casos críticos, como el del Limia, en Ourense, o aguas abajo del embalse de Belesar, en Lugo. Y la situación de las presas no es mejor, ya que la media se sitúa en el 40,9 %. Francisco Marín señaló que es preciso que las precipitaciones sean mucho mayores que el año pasado, ya que mucha del agua que caerá no llegará a los ríos, debido a la situación de extrema sequía en la tierra. Y añadió que los estudios más positivos indican que la lluvia llegará en cantidades importantes a Galicia a partir de mediados de diciembre y durante los meses de enero y febrero del 2018. De forma paralela al control de los ríos, la Hidrográfica trabaja en Galicia con 24 brigadas en la limpieza de varias zonas afectadas por los incendios forestales, para evitar que las precipitaciones puedan arrastrar a las cuencas restos que atoren los ríos. La Confederación Hidrográfica ha convocado una reunión con diferentes agentes sociales, económicos y políticos para realizar una simulación en la que mostrarán la peor situación de sequía que podría darse y la manera de afrontarla. En este sentido, el Concello de Ourense ya trabaja en el plan de sequía solicitado por la Hidrográfica, aunque rechazó una propuesta de Ourense en Común de convocar una mesa de trabajo específica.