Un día cualquiera en la zona de vinos de Ourense
18 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Es una práctica tan habitual, a pesar de estar prohibida, que es bien vista por los consumidores y casi una seña de identidad de aquellos locales que lo ofrecen. El «hecho en casa» parece significar incluso un plus, aunque cada vez son más los hosteleros que son conocedores de la ley y han empezado a desechar de sus neveras aquellos productos sin precinto que se ofrecen al margen de la ley. Un día cualquiera en la zona de vinos de la Ourense:
-¿Tendrías un chupito?
-Tenemos aguardiente, de hierbas y licor café.
-Vale, licor café. ¿Es casero?
-Sí, es casero, claro. Lo que hacemos es rellenar la botella.
El camarero se acerca a una nevera y saca un recipiente de cristal que lleva impreso un nombre.
-Ah, ¿cómo se llama?
-No, no. Este no es el nombre. Es la botella que rellenamos.
El licor café no está malo, quizás un poco suave, pero sabe bien. Yo misma lo tomo, a pesar de que las garantías son nulas.
A pocos metros hay otro establecimiento. También tiene casero, me dicen, y aunque intento descubrirlo entre la cantidad de botellas que tienen expuestas no lo encuentro. Lo sacan de una nevera. En este caso la botella es totalmente transparente, sin ninguna referencia. Este está más fuerte. Me cobran 1,5 euros. En el tercer local la cosa cambia.
-No, no podemos vender licor casero, está prohibido. Pero tenemos unos muy buenos.
-Perfecto, uno de hierbas.
El camarero se acerca a la mesa con el chupito y la botella y me sirve. El precio: 1 euro. Cincuenta céntimos menos. Por desconocimiento, práctica habitual o porque las sanciones compensan, lo cierto es que el licor ilegal campa a sus anchas por los locales ourensanos, a pesar de que en los últimos años se han intensificado los controles.